El conocimiento y la nueva Constitución (en perspectiva democrática)

En la sociedad del conocimiento que vivimos no cabe duda que Chile necesita más conocimiento, ciencia y tecnología (C&T) y la nueva Constitución tiene el deber de asumir estos temas.

Hace unos días se desarrolló en la Universidad de Santiago, en el marco de la iniciativa USACh Constituyente, un webinario sobre este tema, con la participación del rector Juan Zolezzi, de la constituyente Cristina Dorador, el Premio Nacional de Ciencias Servet Martínez, la doctoranda Laura Scarpetta y quien escribe estas líneas.

Retomo sucintamente siete ideas fundamentales de ese encuentro (sin necesariamente pretender ser fiel a lo dicho).

En primer lugar, es saludable que la Convención haya aprobado en su reglamento que exista una Comisión sobre Sistemas de Conocimiento, Ciencia y Tecnología, Cultura, Arte y Patrimonio.

Segundo, nadie pone en duda que necesitamos de más C&T para lograr un mayor desarrollo del país. Pero estamos lejos de lo que se necesita ya que Chile destina solamente el 0,35% de su PIB a C&T, en tanto el promedio de los países de la OCDE es de 2,42%, siete veces más.

En tercer lugar, la ciencia y la tecnología no son bienes en sí mismos, sino que ellos deben estar al servicio del desarrollo humano y sustentable del país. La C&T y la innovación nos permitirán agregar valor a las exportaciones (que debieran ser producidas por procesos limpios) y así superar el círculo vicioso del extractivismo. Avanzar hacia una sociedad sustentable, equitativa y resiliente son objetivos relevantes y la C&T puede aportar mucho en ello.

Cuarto: no cualquier concepción de ciencia y tecnología es válida desde una perspectiva democrática. La ciencia es vital en este siglo XXI pero ella no es infalible. Incluso la verdadera ciencia es la que aprende de sus errores. Por lo mismo, se requiere superar una concepción cientificista y que las políticas públicas no basen sus decisiones en perspectivas tecnocráticas.

Quinto: como todo conocimiento, la C&T son fuentes de poder. Que el conocimiento no sea apropiado por unos pocos para dominar a las mayorías. Se requiere democratizar la C&T procurando acceso masivo al conocimiento; participación ciudadana en procesos que impactan a la sociedad y al medio ambiente y que involucran C&T; y finalmente respeto por otras formas de conocimiento en el marco de una sociedad intercultural.

Sexto: Es necesario reconocer que avanzar hacia una sociedad con mayor C&T requiere reforzar la institucionalidad pública y privada que la promueva. Se necesitan agencias profesionales con perspectiva estratégica y que no dependan de los gobiernos de turno.

Finalmente, todo lo dicho se verá reflejado en la nueva Constitución, o no, en la forma como los redactores se refieran al conocimiento y a la C&T en el nuevo texto constitucional.

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