El diablo se viste a la moda

Claramente no me dedico a la crítica de películas, sino que creo que este título calza perfecto con los fenómenos que estamos viviendo hoy día, especialmente en el mundo de la política.

Por una parte a mí no me sorprende como le está yendo al gobierno y al Presidente pues sólo está cosechando lo que sembró por muchos años, hablar mal de la política y los políticos. Sin ir más lejos, recordemos la promesa de una “Nueva Forma de Gobernar”, la idea era contraponer, por ejemplo, a la eficiencia y la probidad, a la política y la honestidad, y dedicación 24/7 a los políticos. Parece que ningunear a los servidores públicos no fue una buena inversión.

Pero lejos de quedarme en la crítica y en el convencimiento de que esto fue una estrategia equivocada que hoy le ha rebotado como un boomerang a quienes lo instalaron, porque muchos se dieron cuenta que gobernar era difícil y que hacer las cosas rápido no siempre era posible, creo que nosotros tampoco supimos escuchar y sobretodo acoger lo que los ciudadanos sí querían.

Y claramente ningunear a la política está de moda y oponerse a HidroAysén también.

Pero el peor de los demonios es que sólo nos dejemos llevar por este impulso, y no nos hagamos cargo de los temas que sí importan.

En primer lugar profundizar nuestra democracia, que sea más representativa y más transparente, renovar la política en todos los sentidos, hacernos cargo de la inequidad y de discutir en serio sobre la redistribución de la riqueza, preocuparnos de tener una institucionalidad ambiental confiable y al mismo tiempo resolver sobre la matriz energética que necesitamos para los próximos 200 años.

Porque la tan nombrada “Señora Juanita”, probablemente ya no está preocupada de la desnutrición de su hijo, ni de su pensión, ni de operarse de cataratas, sino que ese niño que creció fuerte y sano y hasta un poquito obeso pueda entrar a la universidad o a un instituto sin tener que endeudarse hasta el resto de su vida.

Y quizá, “la Señora Juanita” ya no vive de allegada en la casa de su suegra pero se demora 2 horas en llegar a su trabajo y no se atreve a hacerlo muy tarde por miedo a los narcotraficantes que operan con descaro en su esquina.

Responder a cada crítica, majaderamente, que en 20 años no se hizo esto o aquello se cae por su propio peso, porque lo avanzado es tangible y visible, pero eso no es suficiente, porque claramente hay cosas que no se hicieron bien. Pero ello no puede significar horadar los activos que tenemos como sociedad, me refiero a nuestras instituciones, pues el paso a los populismos de cualquier orientación está muy cercano y con bastante poco que mostrar.

Es por todo lo anterior que cada día me convenzo más que un desafío permanente de la política y los políticos debe ser nunca acostumbrarse o apoltronarse sino, que como dicen por ahí, siempre querer ir por “más y mejor.”

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