Jaque a La Reina

La reciente votación de la Consulta por las enmiendas al Plan Regulador de la comuna de La Reina, propuestas por el municipio, ha dado una luz sobre los cambios profundos que han ocurrido en el país y en nuestra comunidad.

En primer lugar, la comunidad se ha pronunciado contra el llamado realizado, extensamente y casa por casa, por el municipio para aprobar toda la Enmienda, y contra la propuesta de otros sectores a rechazarla . La comunidad mayoritariamente optó por acoger nuestra propuesta. Esta situación hay que leerla con detenimiento, la comunidad no comulga con ruedas de carreta, está alerta, sabe que la comuna está amenazada y que debe movilizarse.

Adicionalmente, la presión ciudadana  convirtió una consulta (que en derecho no es por ahora vinculante) en consulta vinculante de hecho, gracias al peso abrumador de la amplia mayoría de quienes participaron. El Concejo Municipal debió pronunciarse a favor de lo manifestado por los vecinos, con la excepción de los concejales UDI, Edwards y Palacios, quienes ciertamente están a favor de los negocios inmobiliarios que nos amenazan. Este hecho sienta un precedente muy importante, la autoridad municipal debe entender que ya no es posible tomar decisiones de relevancia para la vida de la comunidad sin procesos de participación ciudadana vinculante.

Ciertamente, y no hay dos lecturas, aquí el único ganador es la comunidad de La Reina que ha logrado por esta vez incidir y evitar se materializara una Enmienda que de haber sido aprobada integralmente, habría significado en la práctica no avanzar nada. La autoridad municipal debe saber hacer la lectura, la comunidad se siente amenazada, reacciona frente a ello y no quiere cambios formales para dejar contentos a moros y cristianos.

Cabe recordar que no es la única oportunidad en que los vecinos de La Reina resisten y ganan una lucha contra gigantes.  Así ocurrió con la oposición a los proyectos de diferentes gobiernos para la Autopista Américo Vespucio Oriente, que finalmente llevó al MOP a instalar una mesa técnica con las Coordinadoras Vecinales de La Reina y Peñalolén; posteriormente con la movilización contra el proyecto de Ensanche de las calles Pepe Vila y Vicente Pérez Rosales, cuyo único propósito era llevar hacia los centros comerciales de Avda. Kennedy a los cientos de miles de clientes de Puente Alto, La Florida, Peñalolén y La Reina, y en varias oportunidades cuando las empresas que instalan torres de antenas para celulares han debido suspender los proyectos o cambiar de ubicaciones las torres como resultado de las protestas de vecinos.

Otros casos de amenaza, cuyos resultados están pendientes son el intento de demolición del Colegio Las Américas para construir edificios de altura, donde incluso se ha involucrado el Concejo de Defensa del Estado, y el proyecto de instalar un Lava Lubri Centro en la Plaza La Reina, espacio emblemático de la comuna donde los vecinos junto con decenas de movilizaciones,  han recurrido a diferentes tribunales para evitar se consume este proyecto ampliamente rechazado por la comunidad.

Está el caso del Mall Plaza Egaña, este mega centro comercial, cuya instalación fue resistida por muchos vecinos pero que, virtud de la modificación al Plan Regulador Comunal realizada entre gallos y medianoche por el Alcalde Montt el año 2010,  terminó por aprobarse (menester es reconocer que muchos vecinos querían un centro comercial, pero nunca de las dimensiones del que terminó por autorizarse por el municipio de la época).

El mall en cuestión ha generado entre otros problemas, tacos interminables en Avda. Larraín producto de los desvíos para asegurar sus accesos (los llaman medidas de mitigación) niveles de delincuencia nunca antes conocidos y distracción de carabineros que han debido desatender otros sectores por el gran aumento de la delincuencia cinco cuadras a la redonda del mencionado centro comercial.

Al acecho está el proyecto impulsado por el Alcalde de La Maza y que cuenta con el apoyo de otra autoridad edilicia, de licitar la instalación de un mega-centro de eventos (tipo Arena) en el parque Padre Alberto Hurtado. No hay que ser muy ingenioso para percibir el impacto en la calidad de vida de quienes vivimos en La Reina, significaría una intervención urbana de esa característica y magnitud.

La pérdida de seguridad se ha precipitado hace alguno años, desde el 2010 para ser más precisos, y hoy debemos reconocer que hay barrios donde las casas, los vehículos, las visitas de nuestros vecinos han sido robadas en múltiples ocasiones.

Las patrullas de seguridad ciudadana y el Plan Cuadrante no dan abasto. Los vecinos sabemos muy bien que además es inútil denunciar pues las Fiscalías solamente notifican luego de un par de meses, que no se ha encontrado a los culpables por falta de pruebas.

Podemos decir entonces que La Reina está amenazada, y que a pesar de los esfuerzos y denuncias, seguimos en estado de indefensión.

Los vecinos forman comités de seguridad, se organizan por cuadra, desarrollan diversas formas de coordinación y comunicación para enfrentar estas amenazas, pero son demasiado poderosas e invisibles, y no basta con dichas acciones espontáneas.

La batalla contra las inmobiliarias ocurre en toda la comuna, si no son edificios en altura  (que en los bordes de Vespucio ya son varios los proyectos terminados, en ejecución y aprobados antes de la Enmienda) son condominios con muchas viviendas y estacionamientos insuficientes, trituran nuestros barrios y nos atiborran de autos. Lo mismo  que con la delincuencia. Las “medidas de mitigación” para la amenaza inmobiliaria (cuando las cumplen las inmobiliarias) son a todas luces insuficientes para aminorar los aumentos de congestión y contaminación.

En el caso de la delincuencia, claramente la comunidad ha debido tomar el problema en sus manos avanzando en ocupar los espacios públicos restando libertad al accionar de la delincuencia

No es exagerado decir entonces que La Reina está amenazada, nuestra tierra, nuestros barrios, nuestros comercios cercanos, nuestra forma de vida, nuestra seguridad y posiblemente nuestra vida, si acaso llegamos a vivir episodios violentos como en las comunas vecinas.

Eso no puede seguir. Es un tema que ninguna autoridad puede soslayar y no vemos que se esté haciendo toda la “pega” necesaria. Advertimos hace varios años de las consecuencias de las políticas que se aplican. Esto debe cambiar.

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