El mito de Chile

“Estar atento a los mitos es un acto de creatividad”, me dijo un día un profesor de historia de la Universidad de Valparaíso.

Al ser una herramienta inventada por los seres humanos, los mitos son para el uso práctico. Relatos simples, con pocos personajes y tramas sencillas, cargados de una cantidad impresionante de significados.

Los mitos tienen múltiples lecturas, todas válidas. No se agota el mito en una explicación. Lo importante, es que hagamos una lectura positiva sobre ellos, me dijo.

Y me dio como ejemplo, el mito del Minotauro.

La diosa Afrodita, diosa del amor, es entregada contra su voluntad a Hefesto, el dios herrero. Ella está enamorada de Ares, el apuesto dios de la guerra.Afrodita es infiel a Hefesto. Éste a pesar de ser semi ciego, logra ver a los amantes gracias al espectacular brillo del sol. Hefesto, entonces, fabrica una red de hierro, los captura y expone ante el resto del Olimpo para humillarlos.

Afrodita se venga del sol con sus armas, hace que una hija de éste y reina de Creta, Pasifae, se enamore de un toro. El toro obviamente no le corresponde, para tortura de la joven. Era un toro muy apuesto, dicen.

Pasifae le cuenta su desventura. Dédalos, inventor del serrucho, quien le fabrica un disfraz de vaca, hueco, hecho de bronce, que le facilita a la reina ser poseída por el toro. De esos amores, surge el Minotauro, símbolo de la isla de Creta.

Una lectura posible de este mito, es que la identidad de Creta parte de una fusión amable. Según el profesor, la civilización cretense, es una de las pocas que no evidencia un aplastamiento de los ganaderos nómades y guerreros por sobre los agricultores sedentarios y prósperos. El Minotauro, sería una simbiosis amorosa entre esos dos mundos, con auxilio de los metalurgos.

El mito es un continuo. Cada vez que soñamos, lo hacemos en mitos. Por ello, es fácil encontrar una relación entre el sueño de cada noche con algún mito clásico.

Jung, alcanzó a conocer tribus no contaminadas culturalmente y sus estructuras básicas de los mitos y sueños eran casi idénticos a las experimentadas con las civilizaciones conocidas.

En nuestra cultura, los cuentos infantiles refuerzan la información de los mitos clásicos.La TV muestra dibujos animados japoneses cargados de mitos clásicos.

Se dice que Chile sería muy pobre en mitos. El docente en cuestión, no está de acuerdo, nuestro país, podría acceder a un buen stock de mitos nacionales que serían, en su mayoría, comunes con los que posee occidente.

El inconciente colectivo chileno, percibió los elementos clásicos del mito en el habla sobre la forma geográfica de nuestro país. El nuestro, es el flaco espigado del barrio.

¿Por qué sólo Chile quedó limitado entre la cordillera y el mar? ¿Tan atrapado en un determinismo simbólico? Muchos países comparten el rasgo de estar constituidos entre mar y cordillera, pero ello no implica una forma similar a la de un camino. ¿Un camino hacia dónde?

Valdivia y Ercilla serían nuestros Homeros. La idea de Chile es una creación de Valdivia y Ercilla para el historiador.

Pedro de Valdivia quería llegar al Estrecho de Magallanes. En sus cartas, evidenció la ambición de lograrlo, pero no se le fue concedida políticamente en primera instancia.El Chile que se le entregó, era un Chile corto y ancho. Que iba desde Copiapó hasta el paralelo donde está Llanquihue y con la mitad de largo, pasando la cordillera de Los Andes.Chile era dos veces más ancho al lado argentino.

Valdivia, no conforme logró que la corona le concediera el derecho de llegar hasta el estrecho y de continuar más allá. ¿Por qué insistió tanto en ello?

En los mapas del siglo XVI había al otro lado del estrecho, una tierra enorme llamada Terra Australis Incognita, que daba toda la vuelta al globo.

Ahora, debemos considerar que la mente occidental, está construida para aceptar la existencia de la maravilla en el seno de la magnitud. Para nuestra mente, los tesoros sólo se pueden encontrar en sitios espectaculares y no vulgares o rutinarios, como el barrio.

Colón, que desató todo el proceso de la conquista, fue un heredero de la idea del paraíso terrenal. El modelo de Paraíso terrenal para Colón y Valdivia era el que describió Dante: una montaña gigante en el centro del Edén.

Dante, dio pistas maravillosas sobre la posible ubicación en el globo terráqueo de este jardín. Dijo, que debería encontrarse en la antípoda de Jerusalén. Ello porque, esa ciudad es el peor sitio en la tierra. Ahí, la humanidad cometió el delito máximo: el crimen del hijo de Dios.

El Paraíso, según Dante, debería estar en una antípoda geográfica de Jerusalén.

Valdivia, era un hombre del siglo XVI y tenía conciencia entonces de que iba avanzando hacia la quimera simbólica de su época. El oro que buscaba, tenía que encontrarse en las proximidades de ese Paraíso.

Esa maravilla, sólo podía estar en el seno de una magnitud como la Terra Australis.

Entonces podemos aceptar sin grandes resistencias que Chile es un camino largo y angosto hacia la Terra Australis, hacia la magnitud que esconde la maravilla. Un camino hacia el paraíso.

Debemos seguir profundizando nuestro Sur, pues forma parte de ese último tramo del hombre hacia lo desconocido, hacia el abismo.

Depende de nosotros hacer una lectura positiva de este mito.

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