A saldar la deuda y proyectar el fútbol femenino

Contra largos años de postergación e indiferencia desde la mayor parte del medio deportivo, la participación de la Roja femenina en el Mundial de Francia 2019 ha terminado de poner el fútbol femenino en boca de todo un país, tal como lo hizo un año atrás la clasificación a esta instancia mediante el segundo lugar obtenido en la Copa América. Una participación que marca en términos estadísticos, el mejor debut que ha tenido una selección sudamericana en la máxima instancia del fútbol femenino mundial, y que deja muchos aprendizajes que invitan a soñar y proponerse un futuro lleno de nuevos logros, no sólo para las jugadoras del plantel nacional, sino para las más de 500 mil mujeres que practican fútbol en Chile, según recientes cifras estimadas por la Corporación de Fomento del Fútbol Femenino (COFFUF).

Sin embargo, para convertir este futuro en una realidad efectiva, no bastará sólo con el incuestionable empuje y voluntad de las deportistas.

La dirigencia política y deportiva del país en su conjunto, tanto a nivel nacional como en la gestión de los clubes, debe asumir con seriedad la tarea de promover las condiciones necesarias de profesionalismo y dignidad que hagan posible proyectar el desarrollo sostenido y de largo plazo de la actividad, mejorando las condiciones generales bajo las cuales ésta se desenvuelve.

Colo-Colo ha sido un actor protagonista en el emergente desarrollo del fútbol femenino chileno de estas últimas dos décadas y mantiene en su registro 13 de los 18 campeonatos de Primera División disputados.

A ello se le suma la conquista de la Copa Libertadores en 2012, y la amplia cantidad de jugadoras que ha aportado de manera permanente a la selección chilena.

Por estas razones, desde el Club Social y Deportivo Colo-Colo, estamos convencidos de que Colo-Colo puede y debe proponerse el ser punta de lanza en la profesionalización del fútbol femenino chileno.

Para ello, nuestra institución debe en primer lugar, predicar con el ejemplo, avanzando prontamente en el establecimiento de contratos de trabajo para todas las integrantes del plantel adulto, que garanticen condiciones mínimas a su plantel, y contribuyan a profundizar la profesionalización del fútbol femenino colocolino y chileno en general, como también la proyección internacional de nuestro equipo.

Asimismo, este liderazgo y proyección internacional puede perfectamente expresarse, por qué no, en la confirmación de la intención de postular como sede de la Copa Libertadores Femenina en el corto plazo, con la consiguiente inversión en infraestructura y búsqueda de sponsors que ello conlleva.

Nuestro compromiso sigue intacto y lo impulsaremos con determinación desde el Club Social y Deportivo hacia la política deportiva de Blanco y Negro.

Además de la sincera intención que busca favorecer y reconocer los derechos de nuestras deportistas,  estamos convencidos de que el fútbol es un importante transmisor de mensajes a nuestra sociedad, y que con su ejemplo, puede contribuir a la superación de la desnivelada cancha de las brechas de género.

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