Terminó el sueño

Cuando muchos pensaban que la Sub20 de Chile alcanzaría las semifinales del Mundial en Turquía y algunos pocos optimistas creían que podía disputar el título y e incluso ganarlo, perdió en dramático encuentro en cuartos de final ante Ghana por 3 a 2, con gol logrado por los africanos en el último minuto de los 15 segundos adicionales que debieron jugar, llegando en todo caso,más allá de lo esperado.

A pesar de la clasificación jugando un buen sudamericano no muchos creían que Chile podía llegar a la fase semifinal en el Mundial jugado en Turquía.

Asimismo, no obstante el prologando trabajo previo al torneo e incluso el viaje a España y llegada anticipada a Antalya y tras jugar una media docenas de partidos no había muchas expectativas de que se ubicara entre los primeros.

Había algunos jugadores “inflados” en el plantel como los casos de Maturana y Cuevas. Además este último cuando jugó fue ubicado como lateral, que no es su puesto. Lo mismo ocurrió con Henríquez un excelente centro delantero y goleador a quien trató de probarse como puntero derecho o en otra posición. Tampoco el equipo mostraba un claro estilo de juego.

Por todo esto fue excelente que en la gira previa ganara casi todos los partidos y en la fase de grupos del mundial clasificara y pasara también los octavos de final.

También tuvo una excelente preparación física que le permitió esos resultados previos, pero totalmente insuficientes para un partido con prórroga de tiempos adicionales.

Ante Ghana en los cuartos de finales dos jugadores debieron salir por estar acalambrados y no completar el partido y otros como Castillo y Henríquez se les notaba totalmente agotados. Así su estrecha derrota ante Ghana fue superior a lo esperado, un equipo fuerte, experimentado y que había ganado ya un título en torneos anteriores, al que no se le puede dar ventajas como ocurrió en el segundo gol de los africanos, producido cuando ingresó Cuevas en reemplazo de Larenas, mientras la defensa se estaba ubicando, o lo que hicieron algunos jugadores como Castillo, Rabello y Maturana que volvieron caminando del ataque a la defensa cuando Ghana realizó el corner en el minuto final que le dio el triunfo y que encontró a pocos jugadores chilenos en el área.

Una derrota que dolió porque Chile estuvo a pocos segundos de ganar el partido y pasar a las semifinales. Habría sido demasiado premio para un equipo que durante toda su trayectoria exhibió como su principal virtud, pundonor.

El técnico Mario Salas convencido de que su sistema era la fórmula del éxito ubicó a varios jugadores en puestos distintos a los que normalmente ocupan y tampoco pudo advertirse con claridad una idea defensiva individual o mixta con fuerte marca y con anticipos que dieran plena seguridad en ese sector o un sistema de ataque con juego por las puntas o con repetidos toques, pases y disparos en ofensiva. Cuando más cerca estuvo fue en el encuentro de cuartos de final con Ghana, pero que demostró falta de práctica.

De todas maneras el técnico y el plantel merecen felicitaciones por el trabajo realizado exigente y prolongado que le permitió con sus defectos e imperfecciones quedar entre los ocho mejores equipos del mundo y demostró que el futbol chileno puede alcanzar la ubicación lograda en este mundial y la que obtuvo en Canadá en el mundial anterior, para lo que debe trabajarse mucho más para corregirlas.

Varios de los integrantes del equipo, por el nivel alcanzado ya se están proyectando en los equipos adultos de sus clubes y pueden lograr un futuro halagüeño si se lo proponen y ser base de la selección adulta.

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