3 y 4 Álamos

Tuve el honor de presentar el libro “Yo también estuve en 3 y 4 Álamos, y otros relatos relacionados” que corresponde a un segundo libro de testimonios de personas que pasaron por los campos de concentración conocidos por los álamos que servían de referencia para ubicarlos.

Fue editado por la Corporación 3 y 4 Álamos, en el contexto de un proyecto que persigue mantener viva la memoria histórica de las atrocidades cometidas en dicho lugar de la comuna de San Joaquín, sitio de memoria histórica que pretende transformarse en un parque por la paz y la memoria.

Más que un libro, es un esfuerzo por mantener un patrimonio intangible que pretende recuperar y conservar valiosos testimonios que – de lo contrario – el tiempo se llevaría como polvo del olvido. Es una tarea inagotable mantener viva la memoria histórica de los terribles hechos de violaciones sistemática y permanente a los derechos humanos cometidas a miles de hermanos y hermanas que pasaron por las barracas de 3 y 4 Álamos.

El libro recoge el testimonio de una serie de personas que estuvieron y/o conocieron la tortura en dichas dependencias y su lectura nos señala en forma explícita y evidente algunas ideas fuerzas a tener presente.

Recorriendo sus líneas uno puede comprender y valorizar la importancia de la memoria histórica, que en palabras de Rubén Roca,  una sociedad civilizada como la chilena no debe darle la espalda al pasado ni a la verdad. Debe ser capaz de mirar cara a cara los acontecimientos sin temor a los reflejos.

Los esfuerzos de la “Corporación 3 y 4 Álamos” deben ser respaldados por las principales autoridades en la materia y por todos los chilenos que creen en valores tales como la generosidad y la tolerancia para lograr hacer de Chile, de una vez por todas, una Nación donde prevalezcan la justicia, la libertad y el respeto de los derechos humanos como baluartes de la prosperidad del conjunto de su población.

Entre las hojas del libro encontramos la importancia de la lucha permanente, reflejadas en el testimonio de Samuel Houston quien nos relata uno de mis hermanos, con algunos de sus compañeros de Partido que ya estaban exiliados en Inglaterra, me había conseguido una visa y una beca para estudiar en una universidad en ese país. Leí las cartas que me habían enviado, escritas algunas en español otras en inglés, donde me hacían estos ofrecimientos solidarios. No lo pensé mucho.Al cabo de un par de días había tomado la decisión de no salir al exilio.La pelea había que darla en Chile.

La lectura del libro nos dará una clara visión de la justicia,  Ernestina Alarcón, nos cuenta que el recurso de amparo presentado en la Corte de Apelaciones, no tuvo respuesta del ministerio del Interior, y en cada organismo que se preguntó siempre se nos dijo "José Campusano, no está detenido". Sabiendo que lo habían sacado desde la casa frente a su familia, la Justicia nada decía. Era un contubernio entre el Poder Judicial y el Gobierno cívico-militar. Los Tribunales de ese momento que no acogieron los recursos de amparo son responsables de los crímenes de muchas personas inocentes.

Pero el concepto que más se repite, a lo largo de las palabras esculpidas en el libro, es el de la solidaridad, reflejada en los recuerdos de Carlos González quien nos dice, jamás olvidaré la mitad de una marraqueta, que me pasó en los cajones de la Villa Grimaldi, un compañero que nunca supe quién fue. Tampoco olvidaré los miles de gestos de solidaridad y compañerismo de cada uno de las presas y presos del Campo de Prisioneros Políticos de 3 y 4 Álamos, o de la pluma de Hugo Behm quien nos expone que lo fundamental desde el punto de vista de la solidaridad es que todos estos bienes son comunes, absolutamente todos. Al obrero y al campesino les traen muy pocas cosas, pero con igual cariño que para aquél que, por tener más, le traían sencillamente más.

Concepto de solidaridad que reitera un vecino de 3 y 4 Álamos, Luis “Lito” Donoso, quien recuerda que la solidaridad fue una forma de resistencia, de rebelarnos y ser profundamente consecuentes con los compañeros y compañeras, sin pensar o meditar alguna vez si estas acciones ponían en riesgo nuestras vidas. Los dictadores jamás pensaron que sus acciones, sus traiciones, sus despiadados tratamientos nos fueron haciendo fuertes y dispuestos a combatirlos durante el tiempo que fuera necesario.

Después de la lectura del libro “Yo también estuve en 3 y 4 Álamos” uno tiene el derecho a preguntarse por las verdaderas causas de tanto dolor, a preguntarse la razón de la existencia de una sistemática violación a los derechos humanos, a indagar las profundas causas de la tortura y el asesinato.

Si bien estos fenómenos son multicausales, hay una causa cuya reflexión quiero compartir, cual es la existencia de una oligarquía que ve amenazado sus intereses oligárquicos. En efecto, cuando una oligarquía ve tambalear sus más esenciales intereses, partiendo por el control sobre el poder, es capaz de promover y avalar una brutal violación de los derechos humanos como mecanismo, precisamente, de control del poder.

Es un debate que dejo abierto.

De ahí la importancia de los testimonio recogidos en el libro que comento.

De ahí la importancia en una permanente defensa y promoción de los derechos humanos.

De ahí la importancia de la memoria histórica.

El libro termina con una proclama, ¡Nada está olvidado, nadie está olvidado!

Que nada está olvidado es un llamado a la justicia, a mantener viva la memoria histórica de las atrocidades de la dictadura, y a transformarlo en procesos educativos y trasmitirlo a las nuevas generaciones.

Que nadie está olvidado es colocar en el centro del debate y la acción de la defensa y promoción de los derechos humanos a su componente más preciado, la persona humana.


Nota del autor: el libro “Yo también estuve en 3 y 4 Álamos” puede ser adquirido, para su difusión, con el Director de la Corporación 3 y 4 Álamos señor Ernesto Lagos.elagosrobles@gmail.com

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