La deuda del Estado de Chile

Existen muchas deudas que se le atribuyen al Estado, algunas de muy larga data, tanto que incluso se habla de deudas históricas. Pero ahora me referiré a una deuda que, si bien tiene ribetes históricos, es totalmente actual y vigente: la deuda con los sitios de Memoria Histórica y, en particular, con un sitio conocido como 3 y 4 Álamos.

Para conocimiento público, este lugar pertenecía a la Congregación Misioneras Oblatos (1955) y el Fisco lo compró para destinarlo a la Casa Nacional de Menores (1971).

Después del Golpe de Estado, el recinto pasó a depender administrativamente del ministerio del Interior, encargándose la administración de Tres Álamos a Carabineros y de Cuatro Álamos a la DINA, comenzando a usarse como campo de prisioneros políticos en 1974 (Decreto N° 208, MINEDUC, 2017).

“Cuatro Álamos inicialmente fue un recinto clandestino de detención y torturas al interior del Campo de Prisioneros Tres Álamos, motivo por el cual los detenidos, hombres y mujeres, no eran reconocidos como tales por parte del Estado.

En ese contexto formó parte de la cadena represiva organizada por los servicios de inteligencia a lo largo del país, siendo un recinto de tránsito entre los diversos centros de tortura y exterminio tales como el Cuartel Terranova (Villa Grimaldi), Yucatán (Londres 38), Tacora (Venda Sexy-Discoteque), Ollagüe (José Domingo Cañas), Simón Bolívar y Colonia Dignidad” (Decreto N° 208, MINEDUC, 2017).

Entre estas, y muchas otras razones, el Estado de Chile declaró monumento nacional en la categoría de monumento histórico el campo de prisioneros políticos Tres y Cuatro Álamos, siendo la última declaratoria a fines de agosto del año 2017.

Dicha declaración no es baladí, sino un acto solemne del Estado, que lo obliga y compromete con su ordenamiento jurídico interno y con los tratados internacionales de derechos humanos, respondiendo a una  solicitud de la Corporación 3 y 4 Álamos (Un parque por la Paz, la Memoria y la Justicia) para que se declare monumento histórico.

Hasta ese momento, todo bien en la recuperación de la Memoria Histórica, salvo que hasta la fecha este recinto de memoria, que conforme la información entregada por la Subsecretaría de Derechos Humanos (2017), pasaron cerca de 6.000 detenidos, de los cuales 99 detenidos en Cuatro Álamos y 9 de los que pasaron por Tres Álamos tienen a la fecha la condición de desaparecidos, funciona como un Centro de Internación Provisorio de Régimen cerrado de adolescentes dependiente del Servicio Nacional de Menores (SENAME).

Por una parte, el Estado declara y reconoce el lugar como un monumento histórico por todos los antecedentes de violación a los derechos humanos producidos ahí y, por otro lado, mantiene el lugar como un centro de régimen cerrado de Sename, utilizando las dependencias que el mismo Estado de Chile declara ser “uno de los lugares emblemáticos en donde hubo violación de los derechos humanos durante el régimen militar” como un lugar para uso de oficinas, estacionamientos, bodegas y dormitorios de un centro de internación provisoria de Sename.

En la práctica, un lugar que se utilizó para encarcelar, torturar y hacer desaparecer a opositores a la dictadura, hoy se utiliza para encarcelar a niños y jóvenes infractores de ley.

Esta contradicción no resiste ningún análisis político ni jurídico por parte del Estado, ya que en su propia Constitución Política establece que es deber de los órganos del Estado el respetar y promover los derechos esenciales que emanan de la naturaleza humana, garantizados por la propia Constitución, así como por los tratados internacionales ratificados por Chile y que se encuentren vigentes.

En este contexto del desarrollo del derecho internacional, la Corte Interamericana de Derechos Humanos viene desarrollando, a través de su extensa jurisprudencia, el derecho a la Memoria como una medida de suma importancia para permitir una adecuada reparación a las víctimas de violaciones a los derechos humanos (Cabrera L., 2012).

Es así que nos encontramos frente a un Estado que tiene una deuda pendiente con la sociedad toda, y con la Corporación 3 y 4 Álamos en particular, en dar cumplimiento a su declaración solemne y formal de consagrar como monumento por sus “valores históricos, fundamentos de memoria y derechos humanos identificados para el monumento histórico” el sitio de memoria 3 y 4 Álamos.

El recinto debe ser un lugar de Memoria, donde la Corporación 3 y 4 Álamos plantea la construcción de un Parque por la Paz, la Memoria y la Justicia, caracterizado como un sitio de homenaje a los hombres y mujeres caídos en la lucha contra la dictadura, a los prisioneros, a los torturados; un lugar de conservación de la memoria histórica; un espacio de participación de las organizaciones sociales, abierto y convocante a las nuevas generaciones, con espacios para distintos usos como sala de conferencias, lugares de reflexión y presentaciones artísticas”.

En definitiva, un recinto donde nos encontremos como un pueblo que no renuncia a su Memoria porque decidió ser protagonista de su propia historia.

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