El optimismo y la real dificultad para reactivar la economía de Chile en 2021

Existe un alto optimismo sobre el crecimiento del PIB en Chile para este año, optimismo que será necesario confrontar con la realidad. Son varios los especialistas, financistas y organismos nacionales e internacionales que recientemente proyectan que el Producto Interno Bruto aumentará entre 6 y 7% en 2021, aunque todos previenen que existe un factor de "cautela", dadas las dificultades de controlar los efectos sanitarios negativos del rebrote del Covid-19.

Hay que reconocer que los contagios se han estado incrementando fuertemente entre febrero y marzo. Según informe 107, del Departamento de Epidemiología del Minsal, desde noviembre-diciembre en que el número de contagiados diarios era menos de 3 mil personas, se ha pasado a niveles entre 7 y 8 mil contagiados diarios, según fecha de inicio de síntomas, a fines de marzo y principio de abril. Resultados que han obligado, en un proceso continuo y rápido, a poner cuarentenas de fin de semana primero y totales después, llegando a principios de abril a tener en este régimen a 86% de la población del país.

En paralelo, en este mismo tiempo se ha estado realizado un intenso plan de vacunación y al 6 de abril se tiene una población de 7,07 millones de personas vacunadas con al menos una dosis y 4,04 millones con ambas, con lo que según la efectividad estimada (56,5%) por un estudio de la U de Chile (https://www.uchile.cl/noticias/174186/resultados-primer-estudio-de-efectividad-de-las-vacunas-en-chile), estaría inmunizada el 26,6% de la población meta del Gobierno, que es vacunar antes del 30 de junio a 15,2 millones de personas (80% de la población total del país, necesarios para conseguir "inmunidad de rebaño").

Un hecho económico relevante de este primer trimestre es que, después de la gran caída del Imacec de mayo de 2020 (-15,3%), la economía chilena se recuperó lentamente en los meses siguientes y recién desde septiembre a diciembre de 2020 lo hace a tasas de 6,12% promedio mensual.

Esto generó expectativas muy positivas de que se lograría una alta tasa de crecimiento del PIB en 2021, pero la tasa negativa del Imacec de enero 2021 (-3,1%) significa tener una tasa de recuperación más lenta, de 1,12% promedio mensual, entre septiembre 2020 y enero 2021, perdiéndose fuerza en la recuperación económica, lo que sigue ocurriendo dado que el Imacec de febrero también fue negativo (-2,2%), haciendo que la tasa mensual de expansión se reduzca aún más. En enero de este año se observa una caída de 22% de la tasa de desempleo, respecto del punto más alto que alcanzó en julio de 2020 (13,09%), pero aún el desempleo sigue algo (10,2% en enero) y con tendencia de mantenerse alta y alejada de la actividad económica. Luego, se podría afirmar que la actividad productiva tenía respuesta negativa, "incluso antes" del cierre casi el total del país. Es decir, no estábamos en buen estado económico antes del rebrote de la pandemia.

El optimismo de las proyecciones de crecimiento del PIB de este año también está vinculado con lo que se ha dado en llamar "holguras" de ahorro, que se habrían generado en 2020 por los retiros de fondos previsionales, que a enero 2021 alcanzaron (1° y 2º retiro) a 24.500 millones de pesos y que durante 2021 podrían ser utilizados por los ahorrantes en aumentar la demanda de consumo. Impulso de la demanda que seguramente será bastante más reducido, puesto que parte importante de estos recursos (73,15%) son ahorros con destino a vivienda o previsión o fueron utilizados en reducir la morosidad y peor aún, la mayor parte de ellos estaban en cuentas vista y en cuentas corrientes, y lo más probable que ya hayan sido utilizados en gastos corrientes, lo que desde luego habría que revisar.

También, el optimismo surge porque se supone que en el segundo semestre de este año ya habrá mayor control sanitario, por efectos del exitoso proceso de vacunación. Ello, pese a que la mayoría de los especialistas han señalado que no existe una relación lineal entre aumento de vacunados y disminución de contagiados. Luego, es dudoso asumir que la vacunación en nuestro país permitirá controlar los contagios, ni menos suponer que la vacunación reducirá los contagios a una velocidad tal que, ya en el segundo semestre de este año, se tendrá controlada "adecuadamente" la pandemia y se podrá liberar la economía.

Al contrario, es probable que las cuarentenas y controles sanitarios implementados en febrero y marzo provoquen un Imacec negativo en el primer trimestre de este año, alrededor de -2,0% y que la recuperación final para el año, esté alrededor de 4,5-4,8%, por las dificultades de conseguir un adecuado balance entre vacunación (y su efecto "rebaño") y el control del contagio y del estado sanitario de la población, para conseguir la reactivación de la economía. En ese contexto, se espera que sea la política fiscal expansiva acordada recientemente, la que tenga efectos positivos, con nuevos recursos para el IFE y el bono clase media y otras medidas de protección y reactivación, aumentando la demanda agregada y conteniendo la caída del PIB y recuperando la actividad productiva del país.

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