Rebajar impuesto a los combustibles, una pésima idea

Se discute un proyecto de ley en el Congreso sobre una rebaja temporal del impuesto a los combustibles, que se argumenta tendría un efecto positivo en la economía de las familias chilenas, dada la crisis económica. Pero una rebaja del impuesto a los combustibles es perjudicial en términos de protección de la vida y la comunidad, así como en socioeconómicos y ambientales.

Partamos por la premisa de "alivio" que el proyecto pretende. El impuesto específico al combustible que se pretende reducir es el que se cobra principalmente a los vehículos particulares, puesto que en muchos otros casos existen exenciones del impuesto. Esto significa que una rebaja tendría principalmente efectos en el uso de automóviles particulares.

¿Quiénes usan autos para movilizarse? Si bien muchas familias podrán decir que existe un auto entre sus posesiones, el uso en el quintil más rico es 5,3 veces más que en el quintil más pobre y el consumo de gasolina es 7 veces más grande en el quintil más rico. Si miramos la distribución completa entonces, en una eventual reducción los recursos que el Estado deje de recibir se distribuirían aproximadamente en un 35% al quintil más rico, 30% al segundo quintil más rico, 16% al quintil intermedio, 13% al segundo quintil más pobre y 6% al quintil más pobre (1).

En seguida, podemos mirar la variable comunitaria. El espacio público en las ciudades es escaso y en su inmensa mayoría está sólo disponible para quienes usan el auto como medio de transporte, en perjuicio de la gran mayoría de los habitantes de las ciudades que no hacen uso de ese medio de transporte y, por el contrario, se encuentran expuestos a los riesgos que los conductores provocan. Peatones, ciclistas y usuarios del transporte público hacen un uso inmensamente más eficiente del espacio, mientras mejoran otras variables como la seguridad, la salud (propia y ajena) y el transporte.

Por último, fijémonos en lo ambiental, tanto desde un punto de vista global como local. Desde lo global, son los gases de efecto invernadero producidos por la quema de combustibles fósiles como la gasolina, los que nos tienen un medio de una crisis climática y ecológica que significa pérdida de vidas y bienestar, así como pérdidas económicas crecientes e inmensas. El transporte es, a nivel de las ciudades, el que más aporta estos gases. Desde lo local, por su parte, el uso de combustibles es responsables de buena parte de la contaminación de las ciudades por MP10, NOx y Compuestos Orgánicos Volátiles, emisiones que dañan la salud, especialmente respiratoria, de las personas.

Una eventual rebaja al impuesto específico a los combustibles implicaría ignorar todas estas razones para favorecer a un pequeño grupo de personas que probablemente no son quienes tienen una mayor necesidad de ayudas públicas. Pero además implicaría un contrasentido que vale la pena destacar, puesto que mientras las enfermedades respiratorias son nuestro gran problema actual, estaríamos potenciándolas mediante un incentivo al uso de combustibles fósiles y la consecuente contaminación.

En momentos en que necesitamos tanto de un Estado funcional como de resguardar la salud de las personas, probablemente el proyecto adecuado sería precisamente el contrario. Uno que aumente los impuestos especialmente del diésel, en línea con lo que nos viene recomendando la OCDE y el FMI(2), pero particularmente en línea con la urgencia de disminuir nuestros gases de efecto invernadero para hacer frente a la crisis climática.

Las necesarias ayudas a las familias chilenas deben llegar de manera efectiva y adecuada, un traspaso directo, la rebaja del IVA a algunos bienes esenciales o el subsidio a cuentas de servicios básicos podrían ser muchas mejores maneras de usar el dinero estatal en esta línea, con más posibilidades de beneficiar a quienes lo necesitan y sin dañar a otros ni al medio ambiente.

Mientras soñamos con ciudades más seguras, con mayor calidad de vida y un ambiente sano y ecológicamente equilibrado, y hemos depositado nuestra esperanza en una Constitución ecológica que nos ayude a cumplir con ese anhelo, no parece razonable que se legisle justamente en la dirección contraria. Hacerlo sería, simplemente, un retroceso.

(1) https://repositorio.uc.cl/handle/11534/1428

(2) https://www.df.cl/noticias/economia-y-politica/df-tax/fmi-y-ocde-recomiendan-subir-impuesto-al-diesel-y-eliminar-devolucion-a/2020-10-22/201533.html

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