Santiago, capital para el turismo

Le semana pasada fue el lanzamiento de la Corporación Regional de Turismo de Santiago, ente que velará por posicionar al turismo como motor económico de la Región, eliminando el estigma que tiene Santiago como mera ciudad de paso. En tiempos donde el turismo receptivo ha batido todos los records en llegadas de turistas extranjeros, principalmente desde mercados limítrofes, y donde Santiago y la Quinta Región ostentan ser los principales puntos de ingreso de los mismos, esta iniciativa adquiere aún más asidero.

Mencionado lo anterior surge una inquietud, ¿es Santiago un destino de compras? ¿un destino de convenciones? ¿un destino de turismo Enológico o cultural?

Sin duda, Santiago es una ciudad que tiene un desafío casi juvenil, que es buscar su identidad, explorar y descubrir cual es el espíritu o el alma de su oferta, vislumbrando su sello o frase de fuerza. Hay que decidir hoy, con nombre y apellido, cómo se quiere posicionar en el mundo y en los distintos mercados, ya que año a año las tendencias de viaje van mudando, adquiriendo matices y conductas distintas dependiendo de su lugar de origen.

Según los indicadores que reportan el gasto por parte de los turistas extranjeros, los últimos años el turismo de compras ha crecido a niveles más atractivos que nunca. Se trata de una categoría de turismo que a todas luces ya nos comienza a proporcionar poderosos destellos de un nicho por donde encaminar la promoción, los esfuerzos de marketing  e identificar mercados hacia donde dirigir dicho despliegue.

Ya no nos causa sorpresa ver familias con múltiples maletas paseando por nuestros shoppings, ni pasajeros impulsando o transportando televisores de 65 pulgadas en los counters de los aeropuertos y pasos fronterizos.

Con el auspicioso y dinámico escenario donde el turismo de compras crece en Chile, añadido a las crecientes tasas de inflación de economías de países del vecindario, ¿por qué no mancomunar esfuerzos y presupuestos entre el sector público y la esfera privada, entre las instituciones encargadas de la promoción y los grandes grupos controladores del Retail, los Shoppings, los empresarios minoristas de Chile y artesanos, para ir en bloque a promocionar al extranjero en busca de beneficios aún más favorables y multiplicadores para nuestra economía?

En el mundo, los casos más exitosos en países líderes de la industria turística, nos enseñan año tras año que el denominador común de un ecosistema competitivo es dicha sinergia y visión compartida entre todos los agentes antes mencionados.

¿Por qué no pensar en una Shopping Week Santiago?, una o varias semanas en el año donde el todo el comercio esté en sintonía, con atractivas ofertas para nuestros visitantes.

Muchos son los países que han fomentado el turismo de intereses especiales y están apostando a la constante reconversión de su oferta con la creación de algunos sellos distintivos y en torno a la explotación de atractivos “ancla”. Lo anterior, en plena conciencia de que el efecto multiplicador del turismo repercute económicamente en un sin número de sectores productivos y comunidades. 

Un caso cercano es el que vive Perú, cuyo valor culinario se ha transformado en la punta de lanza  desde hace ya muchos años y que constantemente ha venido capitalizando, constituyéndose éste, en uno de los atractivos más preponderantes de su oferta turística, y donde su ciudad capital ha acuñado hábilmente la frase “Lima, Capital Gastronómica de América”.

Los atributos y ventajas competitivas de Santiago poseen un sinfín de oportunidades, de las cuales emanan atractivas melodías a los oídos de los viajeros del mundo, y que hoy más que nunca, necesitan ser orquestadas con una visión mucho más innovadora, compartida y de largo plazo.

El turismo nos hace cada vez mejor.

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