Educación de personas jóvenes y adultas, la modalidad olvidada por el sistema

Las movilizaciones estudiantiles y el masivo movimiento por la educación "gratuita y de calidad" posibilitaron derogar la Ley Orgánica Constitucional (LOCE), amarre legal de Pinochet publicado el último día de la dictadura. Diecinueve años después, en su reemplazo, se aprobó la Ley General de Educación (LGE: 2009).

Al igual que el resto del sistema educativo, por ley, la Educación de Personas Jóvenes y Adultas (EPJA) debe contar con Bases Curriculares. El Ministerio de Educación (Mineduc) es el encargado de elaborar la propuesta que debe presentar al Consejo Nacional de Educación (CNE) para su aprobación. Hasta ahora, luego de más de 10 años de vigencia de la Ley General de Educación, la Educación de Personas Jóvenes y Adultas (EPJA) sigue sin contar con Bases Curriculares.

¿Qué ha ocurrido? El año 2015 el Mineduc inició la elaboración de las Bases Curriculares de la EPJA, se realizó un proceso de consulta que involucró a un total de 1.200 personas, donde participaron docentes, sostenedores, estudiantes de todas las modalidades incluyendo a estudiantes en contexto de encierro, organismos públicos y de la sociedad civil. Luego de dos años de trabajo, se presentó la propuesta al Consejo Nacional de Educación. En febrero de 2018 el consejo comunicó, a través de la Resolución Exenta n° 063/2018, "la aprobación de la propuesta de Bases Curriculares para la Formación General de EPJA de las asignaturas Lenguaje y Comunicación, Idioma Extranjero Inglés, Matemáticas y Ciencias Naturales y no aprobar las Bases Curriculares de la asignatura de Estudios Sociales (...) respecto de la cual se realizan sugerencias, con el objeto de contribuir al perfeccionamiento de la propuesta".

La respuesta llegó justo en el período de cambio de gobierno de Michelle Bachelet a Sebastián Piñera. El Mineduc, en vez de acoger las sugerencias del Consejo Nacional de Educación, tomó la decisión de volver a iniciar todo el proceso y elaboró una nueva propuesta de bases curriculares para la EPJA la que fue presentada al CNE en septiembre de 2020: la respuesta llegó en noviembre (acuerdo n° 131/2020). Las observaciones del Consejo fueron de fondo, a diferencia de la respuesta de 2018, el acuerdo señala que la propuesta "presenta problemas de organización y coherencia" y realiza numerosas observaciones que ya no se corresponden con los ajustes a una asignatura, sino a su estructura completa.

De esta manera la Educación de Personas Jóvenes y Adultas no ha entrado en los procesos demandados por la Ley General de Educación. Los obstáculos encontrados muestran la debilidad institucional que el país tiene en materia de educación. No es fácil entender por qué el Mineduc no le dio continuidad al proceso iniciado en 2015 y por qué el propio Consejo Nacional de Educación no hizo respetar la resolución emitida por este organismo a inicio de 2018.

Vivimos un momento en que la EPJA tiene la misión de ampliar y fortalecer su potencialidad para otorgar posibilidades a todas las personas que, por efecto de la precariedad y desigualdad social, han debido interrumpir sus trayectorias educativas. Estamos ante un riesgo latente de aumento de la deserción escolar. ¿Cuántos niños, niñas y adolescentes quedarán fuera de escuelas y liceos después que termine la emergencia? Los datos previos a la pandemia ya eran preocupantes: cerca de 100.000 niños y niñas en edad escolar abandonan la escuela anualmente y, según datos del Mineduc, en 2020 15,2% de niños/as en el sistema escolar está en riesgo de deserción.

Son estos jóvenes quienes con probabilidad acudirán a la EPJA en una nueva oportunidad. No obstante, el conjunto de las ofertas de esta modalidad educativa al año 2019 alcanza una cobertura aproximada de 180 mil personas y cubre menos del 4% de la demanda potencial, pues, según datos de la Casen (2017), más de 5.000.000 de chilenas y chilenos mayores de 19 años no han completado sus estudios básicos o medios.

La Educación de Personas Jóvenes y Adultas acoge a la población más vulnerable, tiene una subvención escolar muy inferior a la del resto del sistema educativo, no tiene acceso a la subvención escolar preferencial y no cuenta con sistema de monitoreo de la calidad de los aprendizajes, entre otras razones porque no cuenta con Bases Curriculares. El problema es aún más grave debido a la manera en que se calcula la subvención que, al igual que el resto del sistema escolar, se realiza por asistencia media de sus estudiantes. La tasa de abandono en EPJA llega al 34% y es fácil, por tanto, catalogarla como una modalidad con baja eficiencia interna. No obstante, quien conoce por dentro esta modalidad educativa sabe lo extremadamente complejo que resulta para una persona adulta asistir todos los días a clases.

Es tiempo de valorar a la Educación de Personas Jóvenes y adultas. La EPJA trasciende al espacio escolar, tiene el enorme potencial de influir en las familias, en los espacios laborales y comunitarios. Fortalecer la EPJA es reconocer a las personas como sujetos de derecho, el derecho a la educación, que el propio Estado comprometió al promulgar en el 2002 la ley que establece la obligatoriedad y gratuidad en el acceso a los doce años de escolaridad en nuestro país.

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