Nuevas bases curriculares ¡Llegó la hora de los docentes!

La noticia de la presentación y discusión ciudadana de las nuevas bases curriculares para 3° y 4° medio es una tremenda oportunidad para nuestro sistema escolar, pues los cambios están dirigidos a entregar una formación más integral a todos los estudiantes chilenos, de acuerdo a las exigencias del siglo XXI.

Nuestros niños y jóvenes han cambiado. Y nosotros tenemos que hacerlo junto con ellos. Por eso, el ministerio de Educación abrió el debate para adecuar la formación general de los planes Artístico, Humanístico, Científico y Técnico Profesional en relación a sus intereses y demandas. Un rol destacado juegan los docentes en esta discusión, ya que son ellos los que conocen las verdaderas necesidades que se producen en el aula.

Según cifras del Mineduc, más de 408.000 jóvenes cursan 3° y 4° medio en el sistema regular. Esto demuestra lo importante que es para los jóvenes y las familias chilenas completar la Enseñanza Media, como un camino de crecimiento y progreso, para transitar a niveles superiores de estudios y optar a mejores oportunidades de desarrollo para sus vidas.

Nos parece importante los tres criterios centrales de la propuesta, que son atendibles a las demandas de la sociedad chilena y a nivel global son fundamentales en la discusión: reforzar un enfoque de formación integral, mejorar la equidad de la formación general y fortalecer el desarrollo de capacidades para aprender a lo largo de la vida. 

Por ello, la discusión acerca de las bases curriculares para 3° y 4° medio adquiere una importancia mayor, donde la clave está en que la oferta educativa responda realmente a las necesidades de los escolares y los docentes.

¿Qué está en juego? No sólo la calidad de la educación que reciben nuestros jóvenes, sino algo mucho mayor: su permanencia en el sistema escolar. Según cifras del Mineduc, sólo en 2015, 89.945 estudiantes abandonaron el sistema. El 70% de ellos lo hizo en alguno de los cuatro niveles de la Educación Media. 

Por lo tanto, tenemos el enorme desafío de evitar que los jóvenes abandonen la enseñanza media, porque lo que se ofrece no responde a sus expectativas y a las de sus familias.

Avanzar hacia un currículum para 3° y 4° medio necesariamente debe tener en cuenta esta realidad a la que nos enfrentamos.

¿Qué significa avanzar hacia un currículum que pongan en el centro del debate el desarrollo de las competencias que requieren los jóvenes para enfrentar los desafíos de hoy?

En nuestra opinión, tres dimensiones debieran considerarse en la configuración del debate donde la experiencia de los docentes de aula sea la base.

Estas son: la cantidad de los aprendizajes, abarcar mucho en el currículum no necesariamente es buena idea; el perfil de habilidades a desarrollar ¿qué tipo de personas serán nuestros hijos? y la motivación de los estudiantes por aprender.

Estos ejes son claves día a día para nuestros profesores. Y es justamente esa experiencia la que necesariamente debe recoger el debate de las nuevas bases curriculares de 3° y 4° medio.

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