Los protagonistas de la “reactivación social”

Esta semana, se echó a andar el desconfinamiento gradual para las regiones de Aysén y de Los Ríos. Con ello, aparece en el horizonte de manera más cierta la reapertura y reactivación del país, que, en sus aspectos económicos, ya cuenta con propuestas de distintos actores de la sociedad. 

Pero poco se ha hablado de la también necesaria reactivación social y de la prioridad que tendrán las niñas y niños en este nuevo contexto.

Organismos internacionales han venido alertando de los efectos de la pandemia en ellos, como el aumento de la pobreza, el maltrato infantil, y, por supuesto, la desigualdad de meses sin contar con educación.

La semana pasada, la CEPAL cifró en 45 millones los nuevos pobres en Latinoamérica y alertó que la “brecha digital” aumentará en los 170 millones de niños y adolescentes de la región, cuyas escuelas han cerrado y no tienen un acceso total a Internet.

Situación que en el caso de nuestro país no se acentuará solo en lo digital, sino también en términos académicos.  Como dato, mientras la escolaridad promedio es de 10,9 años en el país, hay zonas como San Juan de la Costa y Queilén donde esta llega a solo 6,5 años y 7,6 años respectivamente, según el Censo 2017.

Aunque tímidamente, ya se ha alertado sobre el problema. Como ejemplo, en medio del debate sobre la idea de condonar del Crédito con Aval del Estado (CAE) el ministro de Hacienda, Ignacio Briones puso énfasis en la prioridad de combatir las brechas que provienen de la primera infancia: “¿(…) no es acaso más justo destinarlos (los recursos de una posible condonación del CAE) a la primera infancia, donde sabemos que las brechas de desigualdad se engendran? ¿No es acaso más justo destinarlo a una educación preescolar y escolar de primer nivel, que es donde se crean las brechas de desigualdad?”, señaló el ministro. 

Y no solo es el caso del ministro Briones, cada vez son más los economistas, abogados, y profesionales de distintas áreas quienes se suman a debatir públicamente sobre la primera infancia.

Pues bien, una vez superada la emergencia sanitaria y nos podamos abocar a las prioridades de largo plazo, ¿cuál será la estrategia de nuestro país para los niños que viven en contextos vulnerables y que, debido a la misma pandemia, verán acrecentadas estas desigualdades?

En el marco de la recuperación social, la educación en la primera infancia debe ser una prioridad tanto para autoridades, como legisladores y para todos los actores de la sociedad civil.

Las razones y los estudios de cómo la ausencia de una educación activa en primera infancia acrecienta las desigualdades sociales, sobran. Lo que no sobra es el debate, la conversación profunda precisamente sobre cómo combatimos estas diferencias.

Damos fe de cómo el trabajo educativo y emocional con los niños y sus familias genera cambios radicales. A la luz de los hechos, ¿cómo les damos voz y voto a estos niños, cuando son ellos quienes viven día a día los efectos de la pobreza y la desigualdad?  Es momento de abrir el debate.

Desde Facebook:

Guía de uso: Este es un espacio de libertad y por ello te pedimos aprovecharlo, para que tu opinión forme parte del debate público que día a día se da en la red. Esperamos que tus comentarios se den en un ánimo de sana convivencia y respeto, y nos reservamos el derecho de eliminar el contenido que consideremos no apropiado