Banderas ajenas en el corazón, el compromiso por una causa sin chilenos

Hace solo un par de semanas, 7 diputados de la República y 5 periodistas chilenos, visitaron Israel y Palestina, ingresaron sin problemas a Israel por el aeropuerto Ben Gurión de Tel Aviv, y días después visitaron la capital de Israel, Jerusalén.

Como comunidad chilena de Israel, tomamos la iniciativa de acercarnos a la diputada por el distrito de La Florida, Camila Vallejo. Intentamos concretar una reunión entre la diputada y tres estudiantes chilenos en Israel, estudiantes no judíos y sin ciudadanía israelí, que podrían informarle y dialogar su situación en primera mano. Ofreciendo los estudiantes acercarse a su hotel en Belén, ya que ellos al no ser israelíes, pueden entrar a la ciudad palestina sin problemas (está prohibido para ciudadanos israelíes visitar ciudades palestinas).

La invitación fue entregada a la Embajada de Chile en Israel, derivada a la Embajada de Chile en Palestina y recibida en mano de la diputada, de quien lamentablemente, no obtuvimos respuesta. Cabe mencionar, que en Israel, convivimos aproximadamente 10.000 chilenos, lo que nos convierte en la comunidad chilena más grande de Medio Oriente.

La diputada escribe una columna tras semanas de su regreso a Chile, en un tono sorprendentemente violento y lleno de absolutos sesgados.

Acusa 49 años de ocupación en Palestina, hace 49 años el territorio que hoy es hogar para la AP y Hamas, era ocupado por Jordania y Egipto respectivamente.

No intento negar la ocupación actual, pero al parecer, la presencia de otra nación (no judía) en el territorio, elimina el factor “ocupante”, o quizás se guía por la constitución de la OLP de 1962, donde el artículo 24 contempla esos territorios como no demandados, solo demandaban territorio israelí (por supuesto, tras Israel ocupar ese terreno tras la guerra de 1967, la constitución Palestina se modifica para exigirlos en 1968).

Calificar a Israel como “Estado terrorista” desde un territorio gobernado por una Autoridad que califica el asesinato de 11.000 israelíes como un logro, donde asesinar civiles es motivo de orgullo y es premiado con sueldos envidiables en Chile,  con nombres de calles y monumentos a terroristas, es al menos irresponsable. Este tipo de afirmaciones no están a la altura de la escultura gigantesca que la Sra. Vallejo construyó de sí misma.

El uso de frases tergiversadas y con fechas incorrectas, solo delatan que la diputada fue víctima de la mentira o no estudió suficiente el tema.

Es interesante que cite a David Ben Gurión, con una frase acusada a 1948, seguramente aprendida desde Janan Asrawi, con quien posó sosteniendo una camiseta de fútbol que intenta eliminar a Israel del mapa. La cita es tergiversada por la organización MIFTAH, creada por Asrawi y que es conocida por este tipo de actividades.

La carta privada de Ben Gurion, escrita en hebreo a su hijo Amos, el 5 de Octubre de 1937, contenía una frase muy distante a la que cita la diputada, según el análisis del documento del Committee for Accuracy in Middle East Reporting in America, la frase cita "no debemos expulsar a los árabes" en un contexto de ocupación territorial del desierto del Neguev al control británico de la época.

Debo admitir que no me sorprendió, la diputada cae en un espiral irresponsable de sinceridad (o ingenuidad), cuando se califica a Hamas de “resistencia” y “defensa”. Una organización terrorista islámica radical, surgida de los hermanos musulmanes en Egipto, cuya carta fundamental específica la destrucción de Israel, admiten uso de escudos humanos, atacan población civil como estrategia válida, ejecutan gente en las calles, persiguen cristianos e incluso los financistas de su viaje (incluyendo al presidente Abbas), no pueden visitar la Franja, ya que serían asesinados.

Comparando los cohetes que vuelan y caen sobre cabezas de chilenos con los ataques organizados de un ejército que defiende a su gente, incluyendo a chilenos, solo se traduce como una forma de alabar la violencia y la causa asesina de un organismo terrorista.

Es grave que una diputada de la República falle en conceptos claves como la acusación de “genocidio”.

Como lo he afirmado en columnas anteriores, la cifra total de muertes en el conflicto árabe-israelí es de aproximadamente 60.000 personas, en 8 guerras, 2 intifadas y varias escaladas de violencia. La cifra envuelve a israelíes, jordanos, egipcios, sirios, libaneses y también palestinos. Incomparable cifra si desglosamos, comparada con cualquier genocidio real de la historia, donde la población debiera disminuir. La población palestina se ha cuadriplicado desde la creación del Estado de Israel.

Negar la influencia religiosa del conflicto para los líderes palestinos es hablar de otro tema, de otra historia y de otro conflicto. Obvia que se reunió con el mismo Presidente palestino, Mahmoud Abbas, quién hace solo meses llamaba a "derramar sangre por la mezquita de Al Aqsa". En cambio, sí estuvo dispuesta a  culpar al ejército israelí, que está compuesto por judíos, cristianos, musulmanes, ateos y más de “miles de muertes de niños y niñas inocentes con la Biblia en mano”.

Finaliza encontrando un entendimiento bizarro del conflicto en Medio Oriente, excluyendo el radicalismo religioso del cuadro, centrada en responsabilizar solo al único Estado judío en medio de 22 países de mayoría islámica, al que se le han declarado 8 guerras con el fin de destruirlo.

Y culpando exclusivamente a Israel de un alucinante complot económico, con intereses en ultrajar el agua palestina (siendo Israel pionero en el área, exportando incluso sus sistemas a Chile),  de exterminar al pueblo palestino, (la demografía del lugar delata la mentira) y confiscar la tierra palestina (anteriormente jordana), en territorios que no han sido anexionados, en espera de un tratado de paz constantemente rechazado por la parte palestina.

Se acabó el silencio y la no representación. Se acabó la estrategia de propaganda y mentira impune, somos 10.000 chilenos viviendo el conflicto día a día. Hoy tenemos voz. 

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