Corea del Norte, el Estado cojín de la guerra fría

El enfrentamiento entre el gobierno de Trump y el dictador de Corea del Norte Kim Jong Un es un antiguo residuo de la guerra fría, un problema pendiente que difícilmente podrá resolverse dado que las superpotencias que lo crearon siguen necesitando de Corea del Norte como “Estado cojín” para proteger sus respectivos intereses y porque Kim no quiere terminar como Sadam o Gadafi y sabe que para ello la única posibilidad de protegerse es entrar en el club de los países que poseen armas nucleares y ser integrados a la mesa de negociaciones.

Sin embargo, si bien la división de Corea se determinó en la Mesa de Yalta por las superpotencias vencedoras de la segunda guerra mundial, Corea no es un invento geopolítico, es uno de los países más antiguos de la tierra.

Las tribus y posteriormente ,los tres reinos  de Corea formaron el Imperio Coreano en el 900 que con diversas dinastías dura hasta 1905 y los coreanos saben de invasiones porque sufrieron la dominación del Imperio Mongol, de China, de Japón que los conquistó y colonizó por 40 años hasta 1945 y la posterior presencia de tropas estadounidenses, soviéticas y chinas en su territorio durante su historia contemporánea.

Tampoco Kim il Sung fue un simple invento de los soviéticos. El lideró desde los años 30 la lucha guerrillera contra la dominación japonesa, funda el Partido de los Trabajadores de Corea que gobierna como partido único, crea con el apoyo de Stalin, Corea del Norte, después que los soviéticos expulsan a los japoneses y acuerdan con EEUU la creación de dos zonas en el paralelo 38, dando vida a las dos Coreas y es el líder supremo de la Corea comunista en la guerra de Corea que involucra directamente a las superpotencias entre el 50 y el 53.

Muerto Stalin el 53, Kim Il Sung se aleja de los soviéticos dirigidos por Kruschov y desde la muerte de Mao también de los chinos, crea una ideología propia que ya no es el marxismo – leninismo, que fue la concepción oficial de los regímenes comunistas del este y de todo el movimiento comunista internacional, y la reemplaza por la ideología Juche, que incorpora aspectos de la concepción estatista de la economía soviética y del control estalinista del poder en la URSS, del budismo, del confucionismo y el taoísmo, fuertemente presentes en la cultura coreana por siglos, y con ello una tiranía basada en un exacerbado culto a la personalidad de Kim Il Sung, que gobierna Corea del Norte por 46 años convertido en el Sol del Oriente, y en un régimen dictatorial hereditario más parecido a la tradición imperial que a los regímenes inspirados en el marxismo rusificado por la Revolución de Octubre.

De Marx en la concepción Juche no hay nada ya que no se basa en la idea del poder de la clase obrera y ni siquiera del Partido dominante sino en la teoría Sengun, creada por los Kim, y donde las ideas militares están por sobre cualquier otra.

Si Kim Il Sung presentaba en los años 60 y 70 una imagen abierta a las relaciones internacionales con los más diversos países y en particular con los del llamado tercer mundo,, incentivaba la creación de Comités de Solidaridad y Amistad con Corea del Norte en decenas de países del mundo, también existió en Chile y lo integraban personalidades de relieve político y cultural, era parte del movimiento de los no alineados dada su autonomía política de Moscú y Pekín y visita como Presidente cerca de 80 países.

A su muerte, su sucesor, su hijo Kim Il Jong vuelve a la vieja tradición del “reino ermitaño”  como se llamaba a Corea ya en el siglo XIV, y fortalece la idea de la Corea del Norte militar iniciando la preparación del plan de nuclearización, ampliando el ejército a lo que es hoy, el cuarto más grande del mundo con 1 millón 200 mil efectivos y con una reserva de más de 3.5 millones de guardias de la revolución con preparación militar en la población civil.

Paradojalmente hay que anotar que durante el período del Presidente Bill Clinton el diálogo con Jong fue muy activo. Con la llegada de Bush este esfuerzo diplomático por mantener una puerta abierta directa de EEUU con el régimen de Corea del Norte fue cancelado y Bush exigió a Jong renunciar a la construcción de armas nucleares, anunciando duras medidas de aislamiento económico internacional.

Jong pidió a cambio, y tal vez este fue el momento desaprovechado por el gobierno de EEUU para concretar un acuerdo con  Pyongyang, que EEUU sacara Corea del Norte de la lista de países terroristas, cosa arbitraria por parte de EEUU ya que coreanos del norte no han participado de acciones terroristas en el mundo y se han enfocado solo a la confrontación con Corea del Sur y sus aliados. Además que EEUU suministrara derivados del petróleo y tecnologías para la autosuficiencia energética.

Ello no se concretó y a partir de ese momento el régimen de Corea del Norte con Kim Il Jong y más aceleradamente con su hijo y actual líder Kim Jong Un, ha comenzado a concretar su plan para convertirse en una país con desarrollo nuclear en la esfera militar.

¿Cuál es el poder estratégico que tiene Corea del Norte y que impide que se pueda operar como EEUU lo ha hecho en Irak, Afganistán, provocando una invasión con armas convencionales y terminando con el régimen de la tiranía de los Kim?

La razón es geopolítica. Corea del Norte es el único país que tiene confines contemporáneamente con Rusia, China, el protectorado estadounidense de Corea del Sur y con Japón; ni Rusia ni China aceptarían jamás que EEUU tuviera un ejército, mísiles y testadas nucleares alojadas en su frontera.

Esta es la verdadera fuerza de Kim Jong Un, aunque hay fuerte diferencia de China y Rusia con la actual política y ambos habrían preferido que Corea del Norte no implementara su plan nuclear, es necesaria para el poder que ejercen las grandes superpotencias en la zona, para impedir que EEUU tenga una presencia militar excesiva, que colocaría en riesgo los delicados equilibrios geopolíticos y militares y que haría que el conflicto, hoy mediado por el “Estado Cojín” de Corea del Norte se diera directamente entre las superpotencias.

China no quiere a EEUU directamente en su frontera y teme a que una caída de Corea del Norte implique hacerse cargo de millones de refugiados coreanos.

Rusia no quiere que EEUU aumente su poder en la zona y ve como un peligro el verse expuesta a bombas atómicas en su frontera, y al propio EEUU tampoco interesa, más allá de las diatribas y las amenazas de Trump que busca presionar a China para que controle a Kim Jong Un, verse envuelta en un conflicto nuclear que golpearía de cualquier forma a sus aliados, Corea del Sur y Japón, crearía una directa hostilidad de proporciones incontrolables con China y Rusia y nadie puede hoy excluir incluso la llegada de misiles con testadas nucleares de Corea del Norte que golpeen su territorio.

Por cierto Kim Jong Un, que se muestra osado y determinado pero que no parece ser un estúpido cavernario como lo presenta parte de la prensa occidental, sino un personaje formado en Europa, que habla varios idiomas, que conoce occidente, que tiene seguramente mayor formación política que su padre, sabe que por mínimo que sea el enfrentamiento con mísiles nucleares con EEUU esto significa el fin del régimen y de la propia Corea del Norte.

En buenas cuentas hay, como en la guerra fría, un equilibrio del terror. Corea del Norte es más peligrosa si no existiera y el estatus que hoy persiste conviene a todas las potencias interesadas en la medida que Kim Jong Un no coloque, con su agresivo plan nuclear, en riesgo dichos equilibrios.

El mensaje de Corea del Norte al alcanzar un cierto desarrollo nuclear es que llegando a ser peligrosa es la única forma de tutelarse si en algún momento las superpotencias decidieran  un equilibrio distinto al que hasta ahora garantiza la existencia de Corea del Norte. Kim Jong Un sabe que ni Rusia ni China son aliados incondicionales y menos para una aventura nuclear.

¿Qué tiene efectivamente Corea del Norte en materia nuclear?

Teniendo presente la información de los aparatos de inteligencia de Seúl, que son  también de EEUU en la zona, Corea del Norte tendría ya 20 dispositivos nucleares, miles de misiles de largo alcance y se habla incluso de un arsenal químico y bacteriológico.

La mayor preocupación la han creado las repetidas detonaciones nucleares producidas este mismo año, el último test ha desencadenado 100 kilotones, es decir 5 veces la potencia usada en Nagasaki al fin de la segunda guerra mundial.

Además, Corea del Norte ha lanzado en prueba su misil KN 20 que podría llevar 600 a 650 kg y por tanto tener capacidad nuclear y se señala que está muy avanzada la tecnología para miniaturizar las cabezas nucleares y colocarlas en misiles de largo alcance. Es decir, los datos que manejan las agencias internacionales indican Corea del Norte podría hoy ya golpear directamente la West Coast del territorio continental de EEUU.

¿Sirven las sanciones de la ONU? Cierto, debilitan la economía  de Corea del Norte. Este es un país de 123 mil Km2 del cual solo el 22% es cultivable, tiene recursos minerales y pese a las innumerables sanciones de la comunidad internacional, se mantiene en pie, con ayuda China en alimentos y energía, superó el período de hambruna masiva de la segunda mitad de los años 90 donde enfrentaron sequías enormes, y tienen datos destacables en el sistema de salud completamente estatal, en el promedio de vida que supera los 71 años y en la nutrición de la población infantil.

¿Podría EEUU promover una acción militar hacia Corea del Norte?

En el Pentágono se piensa seguramente en una intervención quirúrgica que dañe las instalaciones nucleares de Corea del Norte a  través del sumergible Michigan.que está en la zona.

Sin embargo, por veloz que este ataque misilístico estadounidense se desencadenara, Corea del Norte podría responder con misiles con cabezas nucleares a los objetivos estratégicos de EEUU en Corea del Sur, Japón, e incluso golpear su territorio.

Pero, además, podría invadir Corea del Sur con el potentísimo ejército que Corea del Norte posee y obligar a EEUU a involucrarse en una guerra convencional en la zona que implicaría  destacar nuevas tropas más allá de los 35 mil efectivos que ya tiene en Seúl. Además, una enfrentamiento de este tipo, con un ejército de 1 millón 200 mil efectivos, dejaría miles de víctimas sur coreanas y estadounidenses y, por cierto, ni China ni Rusia podrían permanecer indiferentes.

Todo puede ocurrir. Hay una dosis de irracionalidad e imprevisibilidad sea en Trump que en Kim Jong Un, pero a nadie conviene que ocurra. Probablemente EEUU deberá aceptar en el futuro sentarse con Corea del Norte como país que posee armas nucleares y químicas.

Mientras tanto China tiene la llave para presionar e influir aunque el margen de maniobra es cada vez menor y el precio sube a medida que el enfrentamiento verbal , las sanciones y las nuevas pruebas nucleares de Kim se despliegan y éste logra un resultado político concreto e inesperado: colocar a Corea del Norte en la atención del mundo.

En tanto, como se trata de un régimen dictatorial hereditario y Kim Jong Un sabe que puede ser víctima de algún atentado, acaba de incorporar al buró político del partido a su hermana Kim Yo Jong, una joven de 30 años que estudió en Suiza Ingeniería informática y comunicaciones, que es la responsable ideológica y de propaganda del partido, cargos claves dado que la ideología juche trabaja el adoctrinamiento ideológico y la fidelidad al líder supremo y al sistema como tema central, y a la cual la propaganda coreana dedica una gran atención, hablando cada vez más de la “camarada Yo” sin otra nominación aparente de poder.

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