El día después de La Haya

El Gobierno de Chile, en los últimos meses ha desplegado una importante campaña mediática en orden a asegurar con certeza casi absoluta de la justicia de los argumentos chilenos por el diferendo de delimitación de los límites marítimos con Perú, ante la Corte Internacional de La Haya.

El problema, es que dicha argumentación se basa aparentemente en que al Estado chileno le asiste la razón absoluta y que la ciudadanía debe dar fe de que efectivamente las evidencias tienen una contundente argumentación jurídica.

Pero esa apelación a la seguridad en la estrategia de defensa de Chile, se basa en una confianza ciega, ya que el Gobierno, como responsable de la conducción de nuestras Relaciones Internacionales, nunca ha explicado al ciudadano común, a la sociedad civil, en qué consisten realmente esas premisas, de modo que esa ciudadanía se pueda efectivamente empoderar de la posición del país y comprender el peso que tiene nuestra postura en La Haya.

El tema no se debate, no se difunde, se torna una verdad dogmática, solo discutida entre expertos de alto nivel. Lo concreto es que hoy, a pocos días que comiencen los alegatos orales en la Corte y se acerca la solución del diferendo, la sociedad chilena está desinformada.

El problema más grave se suscitará, cuando emane el Fallo de la Corte, sea cual sea su resolución, y más aún si no se cumplen con las expectativas planteadas por Chile. En ese momento seguramente el Gobierno llamará a esa ciudadanía desinformada, a defender los sagrados intereses de la Patria.

Pero mi preocupación es más precisa. Se basa en que si el fallo no es lo que el Gobierno espera, y Chile ve desmedrada sus posiciones, se desatará irremediablemente una reacción mediática, azuzada por posiciones chauvinistas y nacionalistas, de defensa de la Patria agredida, muy difíciles de controlar, y esa agresividad reprimida, se lanzará contra el enemigo natural mas identificable en ese momento de desazón patriótica, nuestros hermanos migrantes peruanos.

Se generarán declaraciones xenófobas, llenas de intolerancia, pidiendo por parte baja que se expulse a todos los peruanos…si es que no se pasa a acciones violentas y agresiones de hecho.

En ese momento, ¿cual será la actitud, del Gobierno? Enfrentado a un conflicto previsible, ¿ explicará ex post, que un fallo adverso estaba entre las posibilidades, y en ese momento se explicarán cuales eran los argumentos de Chile?

Creo que la sociedad civil chilena, el mundo social, sindical, estudiantil, tienen la madurez suficiente para conocer el trasfondo real de ese diferendo, y les asiste el derecho como ciudadanos, de conocer cuales son los argumentos que Chile esgrime con tanta certeza.

El movimiento social necesita saber cuales son las fortalezas y también las debilidades de esa argumentación. Solo así, en la eventualidad de un fallo desfavorable o que no cumpla con la totalidad de lo esperado, la ciudadanía más consciente podrá tener herramientas para evitar desbordes patrioteros, que dañarían tanto o más que la eventual perdida jurídica ante un fallo internacional.

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