Impresiones de un latinoamericano de la Convención Demócrata 2016

Invitado por el National Democratic  Institute tuve la oportunidad de participar en la Convención del partido Demócrata y escuchar  intervenciones de expertos en materias electorales, campañas, tecnologías, actitudes y  política internacional durante los cuatro días que duró ese impresionante evento.

He aquí algunas de mis impresiones.

El partido demócrata sale de esta convención unido, con una plataforma clara de gobierno y liderazgos nacionales de calidad. El republicano está trizado y  sin rumbo claro. Si gana Clinton se puede navegar con cierta coherencia y eficacia, a pesar de la obstrucción que puede continuar en el Congreso. Si gana Trump los niveles de incertidumbre se elevarían, la polarización aumentaría y la gobernabilidad  global se dañaría.

Las luces rojas se han encendido, pues la posibilidad de que Trump sea elegido es alta. Los inesperados  resultados del Brexit han alertado, las encuestas pueden ser imprecisas, es indispensable explicar a la gente cuales son los riesgos, no confiarse y llamar a votar, que nadie permanezca en su casa.

Para lograr resultados, el partido demócrata tendrá que movilizarse a fondo, buscar apoyo de  independientes como Bloomberg, o abstención de republicanos moderados, y mostrar que Hillary es una personalidad confiable.

Los factores que explican el respaldo  a personas como Trump no serán  pasajeros. Es una cuestión de fondo, y dice relación con la nueva composición de la sociedad norteamericana, con sus anhelos y temores, con la capacidad de gobernar, de reducir la polarización, de encontrar acuerdo.

Esta vez, según los expertos electorales  parece tener  menos vigencia la explicación " it is the economy stupid", como dijera Clinton en los años 90 para explicar el voto de la gente. Podría  ser más bien el  "backlash of globalization" (fuerte reacción pública contra la globalización) como dijo Madeleine Albright en 2016.

Comparando las dos convenciones.

- La representación social en la convención demócrata reveló variedad, es  multicultural, expresa más auténticamente la real sociedad norteamericana. En la convención republicana los delegados y  la audiencia eran eminentemente blancos.

- Estaban todos los líderes en la demócrata, con el senador Sanders, los presidentes Obama y Clinton, el vicepresidente Biden, y el candidato a Vice presidente Kaine, Michelle  Obama, todas las senadoras demócratas y gran número de senadores y diputados. En el otro campo, se observó escasa presencia de líderes republicanos.

- Había arte, música , actores y actrices en la Demócrata,  no así  en la republicana.

- Se destacó el hecho histórico de una primera mujer candidata a la presidencia,   y cuánto cuesta que una mujer alcance ese nivel.

- Un  espíritu  más inclusivo " juntos podemos" y esperanzador  en la demócrata,  que contrastó con el estilo  excluyente y pesimista de la republicana. Se confrontaron dos mensajes muy distintos:  "I will fix it, believe me" de Trump con "raíse together" de Hillary.

La presencia de militares en retiro y jefes policiales fue abundante para reafirmar la confiabilidad de Hillary como comandante en jefe y su compromiso con la seguridad ciudadana. Se enfrentó al NRA, que defiende la posesión de armas . Se develaron  los riesgos a la seguridad  que conllevaría el triunfo de Trump,  como un Comandante en Jefe errático e inconfiable para sus aliados.

- En ambas se buscó destacar la personalidad de cada candidato o candidata, pues  los indecisos votan por su afinidad emocional, no ideológica. Los republicanos destacaron  la capacidad de decidir del suyo  y descalificaron a la oponente con  hostilidad (mentirosa, criminal, crooked  Hillary) . A su vez los demócratas destacaron los valores y experiencia de Hillary y la vacuidad y odiosidad de Trump.

- La producción de la convención de Clinton  fue más sofisticada y emotiva que la de Trump.

- En la demócrata hubo más propuestas de medidas y políticas públicas . En la republicana más mención directa  a los problemas que preocupa a una parte del electorado ( trabajo, inmigrantes, inseguridad), sin propuestas específicas.

El hecho  que me pareció  más contrastante con las anteriores convenciones  del partido demócrata es la inquietud sobre el futuro  de EEUU. Esta vez se apeló a  los valores de la democracia en riesgo, a evitar  a los autócratas, a que los Founding Fathers radicaron  el poder en la gente, no en una persona. Se remarcó la tolerancia, no la persecución; la confianza no el miedo; la esperanza de un futuro mejor no el temor por la declinación económica y la pérdida de la primacía mundial.

La nueva realidad.

Quedarse solo con esta mirada electoral o partidista sería un craso error. La composición y alineamiento del electorado, como reflejo del cambio de la sociedad, son más profundos y se extenderán en el tiempo, transformarán la política, los partidos y la forma de gobernar.

Hay cambios en el modo de informarse, en las motivaciones de aquellos que se van quedando atrás por un lado, y  de los jóvenes  con más educación que miran con esperanza el futuro, por el otro. Se respira el deterioro de la convivencia, la polarización y un intenso cuestionamiento a la desigualdad, a  los poderes existentes, nacionales y globales, económicos y sociales.

Los ciudadanos  critican fuertemente a las instituciones, las formas de ejercicio del poder y su concentración, la falta de transparencia y la  corrupción. El empoderamiento ciudadano se manifiesta en nuevas demandas  de derechos, igualdad  de oportunidades, distribución del poder  a las clases emergentes, a la mujer, a los jóvenes.

¿Cómo explicar estos fenómenos? Una de las teorías es que se trata de una reacción ante la globalización acelerada, que genera desigualdad, incertidumbre, divisiones en la sociedad entre adultos y jóvenes, blancos y nuevos grupos emergentes, tecnologías que destruyen empleos y crean nuevos.

Otras explicaciones atribuyen el cambio a las tecnologías de la comunicación  que permiten informarse e  interpretar los hechos de manera que sorprende, y donde  encuentran espacio opiniones más radicales y extremas que tienden a polarizar y a confrontar, en lugar de buscar terrenos de entendimiento para resolver problemas.

Las instituciones, y entre ellas los partidos políticos ( críticas acerbas al establishment de Washington, a su incapacidad), son vistas con desdén y desconfianza. Los jóvenes se interesan por lo público aún más que las anteriores generaciones, pero no utilizan los partidos, ni van a votar. Actúan desde otros espacios.

¿Se está en presencia de un agotamiento  de la democracia representativa y se acrecienta una demanda por nuevas formas de participación?

Estos son los problemas que están tomando el escenario. Para abordarlos será preciso abrir la mente, comprender los nuevos fenómenos sociales y explorar los caminos que conduzcan a formas democráticas superiores. El reto es atender las demandas por nuevos derechos, pero con obligaciones; igualdad de oportunidades sin populismo; crecimiento, pero cuidando el planeta; competencia, con más acento en la colaboración; mayor libertad individual, pero con vocación por un bien común compartido.

Las interrogantes que surgen en esta campaña , así como las que emergen en la Unión Europea son de la mayor importancia para la reflexión sobre el futuro de la democracia en América Latina y sobre las políticas necesarias para perfeccionarla a tiempo.

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