Un crimen masivo, que se evoca en el frío invierno de Buenos Aires

Se va julio y entre tanto ajetreo informativo que se ha sumado a la pandemia con enfermedad y muerte, además de las consecuencias económicas que ha empobrecido a una población importante en Chile y el mundo, aún queda en nuestra retina la imagen trágica en un mes como este hace 27 años en pleno corazón de Buenos Aires.

En la calle Pasteur al 633 se vivía una jornada fría en pleno invierno y la ciudad comenzaba a vivir su rutina como una gran urbe al estilo europeo, pero pocos minutos antes de las 10 de la mañana una gran explosión marcó un giro en la atención de los medios, especialmente de la radio.

Junto con el estruendo ensordecedor, surgieron llamaradas y columnas de humo negro que se observaban a kilómetros de distancia.

Muy cerca de allí, desde los estudios de Radio Mitre, se movilizó uno de los reporteros al lugar de los hechos.

El ulular de las sirenas se hacían oir por la capital transandina y la voz desesperada del reportero ya que en el sitio del suceso decía: "explotó la AMIA, mándenme al aire". Carlos Bianco apenas podía contener la respiración y en la trasmisión decía..." volaron al AMIA, igual que en la embajada israelí (1992). Estoy al frente de un edificio que está a punto de desplomarse. Son ocho pisos. Están retirando chicos ensangrentados, mujeres, niños...quedó destruído totalmente. Hay gente destrozada, multilada. Escombros por todos lados. La tragedia en Buenos Aires se vuelve a repetir. Piden ambulancias". Un relato conmocionante que se trasuntaba en la voz del reportero de la Mitre, asociada de Radio Cooperativa en Chile.

Eduardo Feinmann, columnista político de la emisora: "Recién habíamos terminado el programa matinal y se sintió un simbronazo que remeció todo dentro del estudio".

Marta Lamas, productora de noticias: "Se paralizó Buenos Aires y el mundo puso sus ojos y oídos en Argentina".

En 1994, recuerda Eduardo, no existían redes sociales. No había nadie que con un celular que captara imágenes con la dimensión de la tragedia.

Así fue como se configuró un acto terrorista que nadie fue capaz de imaginar.

La repercusión fue enorme ya que la comunidad judía en Argentina es de más de 300 mil personas con mayor concentración en Buenos Aires. Es la población judía más grande de América Latina.

La presencia judía allende los Andes se remonta a los tiempos de las inquisiciones portuguesas y española. Los perseguidos necesitaban refugiarse y muchos establecieron domicilio en la tierra de los gauchos y de los tangos.

Cuando estuvimos reporteando en Buenos Aires (2008), quisimos reconstruir toda la historia para un programa especial del Diario de Cooperativa y para ello en menos de 24 horas tuvimos varias entrevistas con periodista de radio Mitre y especialmente con familiares de las víctimas de ese fatídico lunes 18 de julio de 1994.

Con dolor y tristeza estaban marcados por la hora exacta del estallido del coche-bomba las 9.54 de la mañana.

Padres, hijos, tíos, hermanos tenía la imagen viva de ese cuadro patético de muerte que ahogó la vida de 85 personas y dejó con heridas diversas a 300 personas. Entre los muertos se incluye a dos chilenos. Carlos Avendaño Bobadilla y Susana Wolynski, esposa del Rabino Ángel Kreiman.

Sin duda un asesinato masivo, que cada 18 de julio se evoca en la ciudad capital de Argentina, muchos de ellos portando fotografías de sus seres queridos asesinados por la organización terroristas Heezbolá vinculada al gobierno de Irán, país que negó su relación con el grupo criminal, pero muchas pruebas apuntaron a esa relación en la investigación de varios años, que incluso llegaron a identificar a terroristas autores materiales especialmente.

La parte judicial resultó muy compleja, dado que hubo obstrucción a las indagaciones en los más altos niveles del poder político transandino. Hubo varios juicios donde se estableció encubrimiento del gobierno de Carlos Menem y funcionarios de su gobierno. De jueces y fiscales de la causa investigativa que se ha demostrado que impidieron las diligencias de los fiscales. Entre ellos la gestión del abogado penalista Alberto Nisman (51), que apareció muerto en su departmento de un tiro en la cabeza el 18 de nero de 2015.

Nisman había imputado y acusado a tres presidentes de la Nación. Carlos Menem, Caristina Fernández de Kirchner y Mauricio Macri.

El caso es tan intrincado que sería aventurado que algún día se sepa la verdad completa acerca de la autoría material e intelectual y que los responsables reciban el castigo que reclama la sociedad.

Seguramente cada 18 de julio la comunidad israelita, sus familiares y amigos, estarán evocando aquella mañana de lunes, cuya pesadilla prometen no olvidar.

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