¿Esperan que el último árbol esté muerto?

Sólo cuando el último árbol esté muerto; el último río envenenado y el último pez atrapado, nos daremos cuenta que no podemos comer dinero. Es parte de la reflexión y sabiduría indoamericana para dar cuenta que la nación que destruye su suelo, se destruye a sí misma.

Por esa y muchas otras razones, resulta inexplicable que el ministerio de Energía de nuestro país promueva la construcción de 343 torres de 25 metros de altura mediante un tendido eléctrico que cruzará toda la comuna de Melipilla y que fue licitado a la empresa Eletrans ll S.A.

Un proyecto que hasta ahora, ni siquiera cuenta con la información necesaria para investigar el impacto medioambiental que provocaría la construcción de la "Nueva Línea 1x220 kV Alto Melipilla - Rapel y Nueva línea 2x220 kV Lo Aguirre - Alto Melipilla", que tendrá una extensión de aproximadamente 114 kilómetros, de los cuales más de la mitad atraviesan áreas protegidas en el sector, provocando un descalabro ambiental de consecuencias devastadoras e irreversibles.

Hoy más que nunca se torna imprescindible que el desarrollo energético vaya de la mano del cuidado de nuestras tierras que, al parecer, pretenden ser tratadas como si fuesen un negocio en liquidación. No por nada este proyecto ya ha sido declarado inadmisible en dos ocasiones por el Servicio de Evaluación Ambiental de la Región Metropolitana. Pese a ello, insisten en su ejecución.

Se trata de políticas públicas que se generan apresuradamente, y que van en desmedro del medio ambiente y el ecosistema donde habita gran parte de la fauna endémica, como la guiña, el quique, la gallina ciega y el reptil Pristidactylus valeriae, de nombre común Gruñidor de Valeria. Ni hablar del impacto visual, agrícola, turístico y residencial que provocaría su implementación.

El tendido eléctrico y las torres se ubicarán a menos de 280 metros de la entrada a Pomaire, el mayor centro de alfarería del país, afectando zonas de parques metropolitanos; parques intercomunales; zonas de interés histórico y/o culturales; áreas de protección ecológica; sitios prioritarios para la conservación de la biodiversidad y áreas restringidas por cordones montañosos, infringiendo así el Plan Regulador Comunal de Melipilla y Plan Regulador Metropolitano de Santiago.

Hasta ahora, el paupérrimo proyecto que el ministro de Energía, Máximo Pacheco, busca aprobar, privilegiando el interés económico por sobre el bien común, ni siquiera cuenta con medidas de mitigación, pero lo más insólito, es que su ejecución ni siquiera beneficia a Melipilla, la comuna más afectada con su ejecución.

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