La jauría mediática

Verónica Rabb

Ultimos publicados:

• De eso no se habla
• Sincericidio
• Yo, lobby

La jauría mediática ha desplegado toda su maña para aplastar la campaña del Apruebo. Tanto la prensa escrita como televisiva no han garantizado el acceso plural de la información, privilegiando solo una opción. Paneles de televisión transformados en propaganda política para el Rechazo y coberturas noticiosas donde se observa una rutina de notas que privilegian el Rechazo y cuestionan elementos del Apruebo.

Sin ir más lejos, la semana pasada Nivia Palma, una de las directoras del canal estatal, criticó públicamente la presencia desigual de panelistas pro Apruebo y Rechazo en el programa de debate político "Estado Nacional" de TVN, que tuvo a los partidarios del Apruebo en franca minoría: dos frente a cuatro. Uno de ellos, la diputada pro Rechazo Joanna Pérez, parte de los falangistas que, a contrapelo de la decisión institucional del partido, está contra la propuesta de la Convención Constitucional. Así ha sido esta campaña. Y por cierto otras.

Chile cambió, pero la prensa local sigue igual: la falta de imperativos éticos al interior de las redacciones o estudios radiales o televisivos es tremenda y vuelve urgente la discusión de una reeducación enfocada en la ética periodística ya que su ausencia apunta y afecta de manera directa al corazón de la democracia.

Si bien ha habido avances como la mayor incorporación femenina, alcanzándose en promedio un equilibrio casi perfecto entre hombres y mujeres que participan en los medios, hay deudas pendientes: falta de pluralismo y una agenda mediática notoriamente buena para difundir el racismo, la discriminación, la xenofobia, el machismo y la intolerancia, ahora envuelta bajo la etiqueta del Rechazo. Ese es el tipo de pauta que no queremos leer más.

Realizar este ejercicio contribuye, creo, a visibilizar un asunto de interés no solo de periodistas sino también público, que se refiere a cómo los medios construyen una realidad social en torno a un tema tan central como una nueva Constitución, nueva Carta Magna que, en buena hora, propone el respeto irrestricto de la libertad de prensa, la promoción del pluralismo de medios de comunicación y la prohibición de la concentración de propiedad de estos, con la intención de garantizar que todas las personas tengan el derecho a producir información, abrir y mantener medios, sugiriendo la creación de medios públicos en distintos soportes tecnológicos y que sean independientes a los gobiernos de turno.

Amén.