Aborto y negación a las mayorías

María Olga Morales
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La semana pasada el candidato Presidencial Sebastián Piñera declaró respecto al proyecto de ley que despenaliza el aborto bajo 3 causales que "las mayorías no pueden hacer cualquier cosa"; esta frase, sin duda, transparenta el pensar clásico de las élites gobernantes en nuestros país, que es el desprecio absoluto por los ciudadanos, por el sentido común, por la democracia.

En este caso afecta a los derechos reproductivos y sexuales de las mujeres, que tras décadas de incansable lucha, hemos puesto estas problemáticas en la discusión nacional y por sobre todo generando amplios consensos de acuerdo a restablecer el aborto terapéutico, que fue en gran parte del siglo XX una política de salud pública, y como parte integral de las conquistas de derechos por nuestras madres y abuelas en el siglo pasado.

En este sentido, Piñera nos dice en la cara a las chilenas y chilenos que la Constitución hecha en dictadura está por sobre las decisiones democráticas, es decir, se nos impone el criterio de los intereses del poder económico, religioso y político, que se transforman en leyes.

Señor Piñera, la democracia es la voluntad de las mayorías y el respeto por las minorías, no son imposiciones de la Edad Media.

¿Nos gusta la democracia? Practiquémosla.

Ya que una democracia sin la participación de la ciudadanía es como la cerveza sin alcohol. Pocos se la toman. 

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