Afrodescendientes en la hora decisiva

Chile tiene una deuda histórica con su población afrodescendiente porque esta es invisibilizada e ignorada institucionalmente y por una buena parte de nuestros compatriotas. Esto lo he comprobado en numerosas conversaciones con personas supuestamente informadas, con quienes luego de plantearles esta realidad, sigue un diálogo que reproduzco de manera más o menos literal:

¿Me dices que hay descendientes de africanos en Chile; hay negros en nuestro país, aparte de los que han llegado últimamente como inmigrantes?

¡Claro que hay una población afrodescendiente en Chile! La mayoría son afrochilenos -no necesariamente fenotípicamente negros- cuyos antepasados fueron traídos como esclavos desde los primeros tiempos de la colonia.

¿De dónde sacaste eso? Me imagino que llegaron a Centroamérica, Brasil, quizás hasta Perú, ¿pero a Chile…?

Lo saco de muchos estudios históricos, especializados y de difusión, en los cuales se analizan documentos y archivos coloniales donde se evidencia la existencia de una importante población negra y mestiza en Chile colonial.

Dame algunos ejemplos…

El estudioso más conocido de las fuentes en este tema es Rolando Mellafe. En su libro “La introducción de la esclavitud negra en Chile” (1959) analiza en detalle la introducción de esclavos de origen africano durante la Colonia.

Los documentos dan cuenta de los decretos que la autorizan, los mecanismos de ese mercado, las rutas de ingreso, los trabajos que hacían, sus deberes y castigos, las cantidades ingresadas, etc.

Además de Mellafe hay otros historiadores, de distintas escuelas o tendencias, que confirman la presencia de esclavos negros en Chile. Entre ellos destacan G. Vial, A. De Ramón, S. Villalobos, G. Feliú, M. Camagnani y H. Kein.

Por ellos sabemos que desde los años iniciales de la colonia, los conquistadores trajeron esclavos negros para el servicio personal y doméstico, fueron incorporados como soldados en sus ejércitos y, principalmente, se introdujeron al país por medio del tráfico esclavista, como mano de obra para el trabajo en las minas, en el campo y en los puertos.

¿Pero no dicen que los negros no se quedaron en Chile, porque no se acostumbraron al frío?

Mellafe contesta explícitamente esa idea como absolutamente errónea y sin base. Otros lo desmienten mostrando su presencia en la vida nacional hasta el fin de la colonia, incluyendo su participación masiva en los ejércitos independentistas, como lo relata Barros Arana. La población de negros y mulatos en Chile está contabilizada en distintos tiempos de la colonia y por última vez en el censo de 1777-1778, el que registra un 9,8% de negros en la población del Obispado de Santiago (Desde Atacama al Maule) y un 3,7% en el Obispado de Concepción (desde el Maule al sur, sin incluir Chiloé).

¿Y qué pasó con ellos después, que desaparecieron del mapa?

Lo que pasó es que luego de la independencia se abolió la esclavitud y desde los primeros gobiernos republicanos se aplicó una estrategia de asimilación y blanqueamiento, para mostrar que el nuevo país era uno y homogéneo. Uno de los mecanismos fue hacer desaparecer de las estadísticas y registros la diversidad étnica. Y es así que llevamos dos siglos de Chile republicano sin que nunca más se haya hecho algún intento por reconocer y visibilizar a los afrodescendientes en el país. Por eso, ellos desaparecieron del mapa, es decir de la representación del país, pero siguieron estando y están hoy en Chile.

¿Donde están hoy, cuántos son?

Los afrodescendientes pueden estar en todo Chile, pero con certeza hay algunas regiones donde se concentran más. En Arica y Parinacota están organizados y muchas de sus organizaciones se agrupan en la Alianza Afrochilena. Esta agrupación es muy activa en difundir la realidad y la presencia afro en la región.

Se sabe que en otras regiones del norte, en la región de Coquimbo, en localidades de la zona central y con seguridad en Santiago, hay mucha presencia afrodescendiente. Pero no me pidas precisión, porque como te decía al inicio de la conversación, están invisibilizados e ignorados en todo tipo de estadísticas y registros oficiales.

¿Y por qué dices que esta es una hora decisiva para los afrodescendientes en Chile?

Porque, el próximo año se realiza el censo de población y vivienda que se hace en Chile (y en el mundo) cada 10 años. Y el cuestionario censal se define este mes de julio. Resulta que agrupaciones de afrochilenos están trabajando desde al menos 6 años, para que en el Censo de 2012 se incluya una pregunta que permita identificarlos. A partir de esa pregunta se podría iniciar un camino de visibilización que permita mirarnos más completos y diversos como país, junto con poder focalizar políticas públicas para su realidad específica.

¿Y de quien depende esa decisión?

A estas alturas depende exclusivamente de la respuesta del Gobierno. Chile tiene compromisos en esta línea por haber suscrito acuerdos internacionales. Internamente el pleno del Senado y de la Cámara de Diputados pidieron oficialmente al Presidente Piñera que incluya la pregunta en el Censo.

Agrupaciones de académicos, organismos religiosos y organizaciones de la sociedad civil también han hecho oir su parecer al Presidente y autoridades pertinentes. Y, por supuesto, las propias organizaciones afrodescendientes claman y reclaman por su reconocimiento y visibilización.

Este mes, autoridades del gobierno y el propio presidente Piñera van a decidir si el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), incluye a los Afrodescendientes en el Censo 2012 o los condena a seguir ignorados de las estadísticas en su propio país.

¡Gran oportunidad o pesada responsabilidad!

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