Chile y sus candidatos

Muchos tenemos la duda de quién será el próximo candidato en llegar a La Moneda, que no presentan las distintas encuestas como Cep, Adimark y otras, pero la realidad de estos resultados, es que son percepciones de un porcentaje de la ciudadanía y no del espectro total de los votantes.   Considerando también en este análisis, que los medios masivos de comunicación por si solos pueden posicionar un candidato, sin considerar ninguna encuesta y solo por tener mayor cercanía e interés.

Si bien la confianza de la ciudadanía aun sigue quebrantada con la institucionalidad o, para ser preciso, con “la política”, es preocupante para quienes nos importa un país mejor, que el medio de protesta frente al descontento sea el no votar.   

Cuando nos preguntamos ¿quiénes cuestionan los sistemas o tienen mayor pensamiento crítico frente a las temáticas país?, la respuesta es clara; las personas con pensamiento o tendencias de centro izquierda, somos quienes cuestionamos los hechos irregulares, porque queremos un país mejor, pero dentro de esta tendencia se encuentran las abstenciones como medida de protesta, lo que es bastante preocupante al disminuir los votos de aquel sector. 

Si bien los argumentos que escuchamos, son todos iguales, salga quien salga seguiré ganando lo mismo, son todos ladrones, etc., esto dará siempre el triunfo a los candidatos de derecha, por el simple motivo de que todo el público diestro, vota en bloque, porque no les interesan los casos de derechos humanos o de probidad, y no hay que ser el mayor analista para darnos cuenta que aquel sector, cuenta con el mayor número de candidatos cuestionados o procesados.

Debemos ser responsables al votar por un candidato, no nos podemos dejar llevar por titulares contra los inmigrantes, que los presos trabajen por ser mantenidos con nuestros impuestos y una infinidad de populismos que solo dañan a la democracia, al tener poca realidad en sus contenidos.

Los hechos que deberíamos estar discutiendo son la sobrepoblación de las cárceles, como regulamos el ingreso a nuestro país, no como lo prohibimos, como terminamos con la pobreza, no como católicamente correctos intentamos aliviar la pobreza.     

Estos deben ser los problemas a discutir, ya que muchos de estos hechos son producidos por la desigualdad. Si bien Chile está en la OCDE por su gran crecimiento económico, también por la misma organización somos el país con mayor desigualdad en ingresos, y esto basta con revisar nuestra historia y nos daremos cuenta de que la desigualdad existe desde el nacimiento de Chile.   

Chile produce mucha riqueza, pero no hemos sabido, no hemos podido o no hemos querido distribuir esta riqueza.   

Hay mucho por hacer, pero no nos limitemos nosotros a elegir, para así regalar un triunfo a otros que no les interesa el hacer, el hacer de Chile un país más justo, más solidario, más inclusivo y más humano.

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