¿Cuáles son los incentivos del PC para que gane Boric?

Ignacio Imas Arenas

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Ninguno. Así de categórico puedo ser, sobre todo después de las frases del diputado Guillermo Teillier y el alcalde Daniel Jadue, quienes han puesto en una posición incómoda a su propio presidenciable, quien encabeza las diferentes encuestas con cierta holgura.

Es importante señalar que el PC, desde el retorno a la democracia, no es un partido que esté ligado a la necesidad de integrar un gobierno. Si no fuera por la experiencia de Bachelet con la Nueva Mayoría, ninguno de sus afiliados habría ejercido cargos gubernamentales, además sólo el 2009, gracias a pactos por omisión, el partido llegó al Congreso, y por último recién el 2021 si no fuera por Jadue, el PC no habría tenido chance importante en una primaria.

De todas formas, la política es la forma de llegar al poder y diseñar políticas públicas basados en posturas ideológicas previamente establecidas, entonces ¿por qué no tendría incentivos para lograr la presidencia con Boric?

El diputado por Magallanes no es el perfil que sea acorde a la estrategia que ha diseñado e implementado el PC desde el 18 de octubre de 2019. Desde ese día optaron por el camino más duro contra el Gobierno de Piñera, mostrándose en los extremos de la oposición; fueron los primeros en llevar adelante la primera acusación constitucional contra el Presidente, e incluso pidieron su renuncia una vez iniciadas las movilizaciones. A contrapunto, Boric participó activamente en el acuerdo del 15 de noviembre, además es un liderazgo de características resilientes ante situaciones complejas.

Los equipos del comando de Boric saben que la Presidencia se logra con el tan anhelado votante medio, esto es moderándose. Así lo han mostrado declaraciones de Diego Pardow y el propio Nicolás Grau, quienes han hablado de gradualidad y planes a ocho años. Esto se pone en las antípodas de una estrategia electoral para las elecciones parlamentarias, que tiene como táctica buscar el electorado de nicho.

Pareciera que el PC continúa teniendo como prioridad su representación en el Congreso antes que la búsqueda del Ejecutivo, tal vez porque saben que su peso definitivo se medirá según la cantidad de escaños obtenidos; tanto tienes, tanto vales.

Es claro que el Partido Comunista no tiene intenciones de jugársela por uno que no sea de sus propias filas, también que el propio candidato Boric no tiene muchas intenciones de acercarse demasiado a ese partido, porque es más un lastre en su proceso de demostrarse como un liderazgo, que no será fácilmente influenciado por su ala más de izquierda.

No es un misterio para nadie que hoy es el candidato de Apruebo Dignidad quien tiene las mejores chances de pasar a segunda vuelta y de ganar en un eventual balotaje. Sin embargo, está lejos de mostrar signos de gobernabilidad mínimos cuando el partido más grande de su coalición muestra sus diferencias de manera categórica a través de medios de comunicación con amenazas veladas.

Por ahora, no parece ser un tema prioritario para el propio Boric, quien prefiere no mover mucho el tablero, porque sabe que está en una posición envidiable que nadie imaginó hace unos pocos meses. El conflictuarse con el partido más grande de su coalición es un problema que hoy no necesita a un mes de la elección; sabe también que debe tomar decisiones si desea darle un mínimo de estabilidad desde marzo de 2022 a un eventual gobierno suyo: seguir un camino al cual lo arrastra el PC o moderarse con parte de Nuevo Pacto Social. Tampoco parece ser un problema para su electorado, lo complejo es cuando nos enfrentamos a un futuro gobierno que necesitará de grandes acuerdos para estabilizar la economía y bajar las tensiones sociales que persisten.