De la "indecencia" a una cercana certeza

Las encuestas han servido para medir el pulso de la sociedad en diferentes ámbitos y comprender cuáles son las tendencias en torno a diferentes temáticas. Para quiénes se manejan en el ámbito del análisis político, los estudios de opinión son una importante herramienta para construir estrategias que vayan en línea con estas fotografías de un momento determinado.

En general, las encuestas gozaban de una amplia línea de crédito en nuestro país, sin embargo eso también cambió después del 18-O y, con especial acento en el plebiscito 2020 y las elecciones de mayo de 2021, donde prácticamente ninguna se acercó a resultados que nadie fue capaz de prever o siquiera imaginar. La irrupción de independientes y fuerzas políticas de extrema izquierda no tradicionales marcaron un quiebre en la conducta electoral, y la incapacidad de las encuestadoras para medirlo significó un tremendo descrédito para las mismas.

Pasaron los meses y las críticas se intensificaron, ya que pocas personas eran capaces de fiarse sobre la base de lo que arrojaban las encuestas, como también se generó una coyuntura que permitió pegarles a las encuestadoras en la medida en que los resultados exhibidos por las mismas no fuesen a conveniencia de quien los viera. José Antonio Kast fue un protagonista de aquello, dado que varios comandos y personeros acusaron que su intención de voto estaba "inflada".

Sin embargo, una de las críticas más fuertes que surgió en el último tiempo fue por parte de Daniel Stingo, quien vilipendió duramente a la encuestadora de Roberto Izikson. El convencional del Frente Amplio calificó de "indecentes" a los responsables de Cadem por ubicar en primer lugar de las preferencias presidenciales al abanderado del Partido Republicano. Adicionalmente, los acusó de mentir y manipular los resultados a propósito, con la finalidad de distorsionar la realidad e influir sobre la opinión pública en favor de Kast. Sus fuertes dichos terminaron en que ofreciera disculpas a la empresa.

Los resultados del 21 de noviembre recién pasado no sólo sorprendieron, sino que también significaron un "revival" para las encuestas, ya que las más mediáticas -como Cadem o Pulso Ciudadano- estuvieron próximas a la manifestación de la voluntad ciudadana en las urnas. Estas no sólo fueron capaces de prever los resultados de los comicios, sino que también las percepciones y prioridades de una buena parte de los chilenos.

No debería sorprendernos que de cara a esta segunda vuelta los candidatos modifiquen sus programas de gobierno, sino que también el mundo político deje de poner acento en la "agenda ñuñoína" y pueda dejar de lado la soberbia para poner atención a lo que dicen los chilenos, quienes han mostrado preocupación legítima por temas que se viven en el día a día como son la inseguridad, inmigración descontrolada y necesidad de generar empleo. Los chilenos no persiguen indecencias, buscan y quieren certezas.

Desde Facebook:

Guía de uso: Este es un espacio de libertad y por ello te pedimos aprovecharlo, para que tu opinión forme parte del debate público que día a día se da en la red. Esperamos que tus comentarios se den en un ánimo de sana convivencia y respeto, y nos reservamos el derecho de eliminar el contenido que consideremos no apropiado