De los likes, al movimiento social

La política se viene desarrollando en un clima de desinformación y confusión, que ha permeado a la ciudadanía en general, pero con mayor fuerza a aquella que comparte un diagnóstico crítico de las desigualdades y de la necesidad de cambios urgentes.

Lo anterior pone en peligro el mantener y seguir desarrollando políticas y leyes desde la perspectiva de los derechos, toda vez que la cultura de la inmediatez y de la seudo participación aporta a este clima de apatía y desesperanza.

En la sociedad actual, donde la realidad virtual, la comunicación instantánea, la sensación de actoría social predominan a través de un tweet o un like, no podemos dejar de analizar el contraste con la realidad del presente, de tener que enfrentar cambios culturales y transformaciones sociales que a pesar de lo urgente, el factor tiempo es relativo y las condiciones de posibilidad se juegan en el compromiso, la tenacidad, y la capacidad de transformación de quienes sostienen estos procesos sociales.

Los cambios culturales y tecnológicos, posibilitan que los ciudadanos tengamos la ilusión de tener voz, por el acceso inmediato a comunicar lo que pensamos, opinamos y sentimos, siendo virtualmente posible, organizar, capitalizar y protestar. En esta pantomima de movimiento y de participación, se van abandonando espacios de encuentro con los otros, en donde se construye ciudadanía.

Es todavía la organización social, donde se juega la posibilidad para articular y promover los cambios, pero no a partir de sujetos que demandan tal cual consumidores, sino más bien, a través de un movimiento dialéctico que reconoce las posibilidades y la capacidad para promover y construir nuevas condiciones para la realización de los derechos y el bienestar de las personas.

Como país debatimos hacia donde queremos avanzar como sociedad, poniéndose en tensión la cultura de la inmediatez con aquella que sabiendo las urgencias, valora lo que hemos avanzado en este corto periodo de tiempo, lo que ha sido posible por la capacidad transformadora de hombres y mujeres, pues hace 10 años atrás, políticas y reformas legales que se han desarrollado, eran posible sólo como demanda.

La derecha nos quiere instalar un país gris y oscuro. Ese país, el de unos pocos, se alimenta de quienes piensan que todo lo urgente y necesario se obtiene rápido, sin compromisos.

Por el contrario, lo que logra ser cambiado, forma parte de un proceso que debe mantenerse en ritmo y movimiento a través de tiempo.

Desde Facebook:

Guía de uso: Este es un espacio de libertad y por ello te pedimos aprovecharlo, para que tu opinión forme parte del debate público que día a día se da en la red. Esperamos que tus comentarios se den en un ánimo de sana convivencia y respeto, y nos reservamos el derecho de eliminar el contenido que consideremos no apropiado