Elección Presidencial, un futuro difícil y complejo

Los resultados de la elección dejaron un ambiente confuso, principalmente por las sorpresas. Se esperaba una mayor votación de Piñera y una menor de Sánchez, lo cual desequilibró las perspectivas para el futuro. Solamente estuvieron dentro de lo esperado Guiller, Kast, Goic y Meo. Por su parte, Navarro y Artés, tal como se esperaba.

La situación de Piñera es complicada, por su votación requiere del difícil aporte de los votantes de Kast y de Ossandón para intentar ganar, en medio del pesimismo de sus partidarios, muchos de los cuales esperaban incluso un triunfo en primera vuelta.

Donde se observa la desazón más clara es en las reacciones del gran empresariado y sus ejecutivos, con su manifestación en la Bolsa de Comercio, con una inusual caída, muy propia de la reacción de los economistas “overnight” que la administran en la búsqueda de alguna “pasada” en la que son especialistas consumados.

Guiller tiene que repuntar a lo menos 10 puntos para ganar, aparte de atraer a indecisos y parte de quienes se abstienen. La duda “hamletiana”: “ser o no ser”, lo que ha caracterizado su campaña, ahora agudizada por la votación de Sánchez ¿dejarle el centro a Piñera o perder a los nuevos retroexcavadores, a su vez segmentados y en reflexión? En ese sentido disponer de un programa de gobierno poco definido le ayuda, pero a su vez pudo ser una de las causas de su limitada votación.

El Frente Amplio está disfrutando de su éxito, sus 20 puntos en la presidencial y sus 20 diputados, pero es un conjunto heterogéreo, que se confiesa en la búsqueda de su identidad futura y con poco interés en incorporarse en la burocracia gubernamental si gana Guiller.

¿Cuánto puede presionar en términos programáticos, más allá de su crítica a los políticos tradicionales y su actuar? ¿Hasta dónde serían aceptadas sus propuestas?

La Democracia Cristiana ha seguido en su largo proceso de deterioro, no solo por la escasez de líderes motivadores y la doctrina que se ha ido diluyendo ante los cambios mundiales, el término de la Guerra Fría y el desprestigio de la Iglesia Católica que fue una de sus principales asociados hace 30 años.

La elección presidencial la dejó desnuda por la desunión, las traiciones y venganzas que sufrió inmerecidamente Carolina Goic a pesar de sus innegables méritos personales, su propuesta ética y un programa serio y financiado, que no compartieron la mayoría de la peor bancada de diputados de la historia del partido. Con 13 diputados dejó de ser el árbitro legislativo y sigue siendo el “arroz graneado”, como la denominó el Ministro Fernández.

La debilidad de los partidos políticos es otro factor limitante para el futuro, ya que es muy difícil gobernar sin su respaldo, como quedó ilustrado en el Gobierno de la Presidenta Bachelet, cuando fueron “ninguneados”. La baja aceptación de la mandataria no fue culpa solo de la “retroexcavadora” y la mala gestión de las reformas.

La nueva composición de la Cámara de Diputados presenta complejidades para la aprobación legislativa. Ningún bloque tiene mayoría parlamentaria y el más sólido, los parlamentarios de derecha suman 73 electos, cuando la mayoría es de 78. Por lo tanto, Piñera tendría que conseguir 5 adicionales. Su fortaleza es que el bloque lo forman tres partidos: RN, con 36; la UDI que quedó reducida a  31, una baja no esperada y Evópoli con 6.

Hacia la izquierda la situación es difícil para un eventual gobierno de Guiller. La Nueva Mayoría (ahora antigua) está encabezada por el Partido Socialista con 19 elegidos, seguidos por la DC con 13; el PC con 8, al igual que el Partido Radical y el PPD, este último con la derrota más seria, de la que se habla poco, pues han tenido la habilidad de no mostrar la cara.

En este caso, aparte de convencer a los DC para gobernar, Guiller tendría que contar con todos o parte de los 20 nuevos diputados del  Frente Amplio, en especial de Revolución Democrática (10 casos) y los 5 Humanistas.

¿Qué puede hacer cuando se le exija la Asamblea Constituyente, la Gratuidad Universal de la Educación Superior, el fin de las AFP y las Isapres, o la eliminación del IVA a los bienes básicos de consumo, por mencionar algunas propuestas contenidas en la aspiración  de derechos universales sin restricciones ni los correspondientes deberes.

Adicionalmente existe otro problema de difícil solución cuando el respaldo es estrecho. Su nueva composición refleja aspectos muy positivos, como la incorporación de generaciones más jóvenes y la mayor presencia de mujeres, pero también la diversidad de la nueva Cámara y especialmente la aparición de figuras con escaso adiestramiento político y disciplina parlamentaria, ya que se han incorporado conocidos rostros de la farándula, atletas y deportistas que sustituyeron a dirigentes laborales de larga trayectoria y figuras públicas demagógicas  promovidas por la prensa y televisión, cada día más ausente de lo importante y de  no lo anecdótico, que resalta lo negativo de la vida diaria en vez de los hechos positivos que ocurren. Pero, en fin, el mundo y Chile cambiaron, es otra sociedad.

Lo anterior ocurre cuando hay tantos problemas pendientes en el país y para comenzar a resolverlos se requiere un proyecto común con gran respaldo ciudadano y paz social.

La modernización del Estado; la desigualdad y los abusos; el desempleo; las bajas pensiones y la mala calidad de la salud masiva; la baja categoría de la educación pre escolar y pública; el atraso en Ciencia y Tecnología y en la educación especializada; los problemas del Medio Ambiente y tantos otros.

Pronóstico. Chile continuará con un próximo gobierno tan mediocre como los dos últimos, en un país que se ha limitado solo a dos figuras: Bachelet y Piñera, que se abrazan para entregarse con esmero la banda tricolor.

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