Fe en el futuro

Mariano Ruiz-Esquide
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Hemos escrito con reiterada frecuencia los problemas que ha presentado el ejercicio de la Política en los años recientes. Problemas que han tocado temas de representatividad, respetabilidad en casos conocidos de corrupción y también en enfrentamientos sin guardar el respeto o la fraternidad a todos los niveles, poderes o partidos.

Lo hemos hecho con la mayor seriedad y con profundo dolor cívico porque mis años en el parlamento me han dado una amistad limpia con sus actores y una imagen corporativa de los actores del ejecutivo y de la administración pública que hizo sorprender el Chile de hoy.

Una crítica, que cruza la sociedad y los cuerpos intermedios pero que debe ser justa para reconocer los actos y decisiones que muestran un cambio hacia la reacción ética que alegra y consuela en la esperanza que tenemos derecho a mantener la fe en el futuro.

Los proyectos y mociones que se han aprobado en el Ejecutivo y el Parlamento abren una cierta certeza que empieza a recuperarse el Valor Ético de la Política como elemento indispensable de su accionar.

Por otro lado hace algunos días el Partido Demócrata Cristiano realizó una elección primaria en 67 comunas con una participación de 68.500 militantes superando con creces el pronóstico que suponía una participación no superior a 30-35.000, dada la debilidad pública de las bases partidarias, a todo nivel.

Si recogimos el 16 % de electores jóvenes y con mayoría en las regiones nos hace suponer razonablemente que la " abstención" o "desidia partidaria" puede estar influenciada por el clima santiaguino lleno de un permanente noticiero de enfrentamientos de menos cuantía. En un análisis más pormenorizado es notoria la aparición de líderes comunales de gran futuro comprometidos cualitativamente con la identidad que surgió del 5° Congreso del PDC, como vanguardia nacional y popular.

Esta visión alentadora no se agota en la Nueva Mayoría. La derecha brutalmente golpeada por estos hechos, no ha reaccionado como cuerpo pero sus mejores representantes han reaccionado con humildad reconociendo los errores, hasta abandonar el Partido, que es lo más doloroso para un militante.

La sociedad en su conjunto, salvo pequeñeces, ha criticado lo sucedido pero confía que los hombres y mujeres que dirigen el país no son delincuentes y por ello esperan su redención, aunque parezca difícil.

De ahí que verán el futuro con esperanza aún en plena crisis. Pero no quiero ser injusto porque los demás partidos de Gobierno han actuado también con claridad pidiendo que sea la justicia la que falle.

No hay venganza personal sino justicia y hasta misericordia que sublima la justicia humana, sin por ello debilitar su dureza y rectitud.

Por Chile con fe en el futuro.

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