Haciendo memoria….

Debido a las fuertes tensiones, creadas la semana recién pasada, entre Codelco y la Federación de Trabajadores del Cobre, en mi memoria resurgieron las imágenes de la dura confrontación que la derecha golpista azuzó -a mediados de 1973- entre el gobierno del Presidente Allende y la organización de los trabajadores del cobre.

En medio de la intensa escalada desestabilizadora de la ultraderecha para frenar y revertir las conquistas populares y los cambios sociales que tenían lugar en el país, acaecidos desde mediados de los años '60, como la reforma agraria, se generó una fuerte demanda reivindicativa que desencadenó una prolongada huelga de los trabajadores del cobre que alcanzó su apogeo a mediados de junio de 1973.

El momento de mayor confrontación tuvo lugar el 15 de junio: una marcha desde el puente del río Maipo intentó llegar a La Moneda, a la misma se sumaron los grupos paramilitares de ultraderecha rompiendo las barreras de Carabineros, enfrentándose duramente a los efectivos del llamado Grupo Móvil, que cumplía las funciones de las ahora denominadas Fuerzas Especiales. Durante varias horas el desgobierno se apoderó de la ciudad de Santiago.

La conjura golpista avizoró la oportunidad de una asonada civil y miles de militantes de ultraderecha se volcaron a las calles aledañas a La Moneda. La intuición del diputado socialista Mario Palestro le hizo convocar a la clase obrera y al movimiento poblacional a defender la sede del gobierno constitucional.

En cosa de horas, a pesar de la intensa lluvia de ese día, decenas de miles de jóvenes allendistas, sin distingo de partidos, rodeamos la sede de gobierno y físicamente logramos impedir que el paro del cobre pasara a ser una revuelta golpista en contra de la propia clase trabajadora.

Hago memoria porque quiero advertir que un paro de los y las trabajadores del cobre puede ser altamente riesgoso y sus efectos altamente perjudiciales para el gobierno del Presidente Boric. Este es mi gobierno y tiene como objetivo el cambio social por lo que es imperioso agotar el diálogo con la organización sindical y evitar esa confrontación.

En definitiva, las transformaciones que Chile espera requieren necesariamente el respaldo de la clase trabajadora, porque los grupos empresariales van a ser siempre sus tenaces adversarios. Hoy vivimos una situación completamente diferente a la de 1973, pero el gobierno vive una tensa y permanente campaña de desprestigio y de turbios ataques a su validez y legitimación. Hay que evitar su aislamiento.

Además, la FTC plantea un tema estratégico: hay que incorporar valor agregado a las exportaciones de cobre. La salida del mineral extraído sin ningún procesamiento conlleva pérdidas de valiosos componentes que significan miles de millones de dólares para Chile. Esa sangría no debe seguir a perpetuidad. Hay un tema país de por medio.

El proceso de cambios requiere una amplia mayoría nacional que lo respalde. Por eso, hay que cuidar al máximo la base de sustentación del Presidente Boric. La responsabilidad de los interlocutores de ambas partes resulta ser esencial. El movimiento popular y la clase trabajadora son un apoyo fundamental. No hay que perderlo de vista ni por un segundo.

Desde Facebook:

Guía de uso: Este es un espacio de libertad y por ello te pedimos aprovecharlo, para que tu opinión forme parte del debate público que día a día se da en la red. Esperamos que tus comentarios se den en un ánimo de sana convivencia y respeto, y nos reservamos el derecho de eliminar el contenido que consideremos no apropiado