Hay que escuchar a la gente
Los candidatos a la presidencia hablan frecuentemente de hacer una nueva política que implica “escuchar a la gente”. Pero ¿qué significa eso? ¿Harán una consulta nacional por internet? ¿Realizarán un serio estudio de opinión al respecto? ¿O en su defecto escuchar a la gente significa oír a los que se reúnen con el candidato en encuentros privados y públicos? ¿Escuchar a los que se manifiestan en las calles?
Parece que la voz de la gente es la de los que vociferan en las calles, los que paralizan el tránsito con barricadas, los que se toman los colegios o universidades, los que hacen atentados. Todos éstos dicen representar a un sector de la sociedad, pero en definitiva representan poco o nada.
Hay millones de personas que viven en el país y realizan silenciosamente su trabajo diario con abnegación, entrega, dedicación. Que no tienen tiempo para destinar a salir a las calles y menos en reuniones porque apenas les queda espacio para compartir en familia.
Algunos incluso estudian después del trabajo para lograr un real ascenso social, otros deben prodigarse para cubrir sus deudas. Hay personas que el poco tiempo que les queda lo dedican a servir a otros en distintas instituciones sociales, religiosas o deportivas.
Hay otro Chile que no puede opinar. Me refiero a los miles de inmigrantes que no tienen aún derechos políticos. Nuestros pueblos originarios. Todos viven en este territorio, aman a Chile y entregan su mejor aporte para su desarrollo, pero no tienen voz, y pocos se preocupan por escucharlos.
En general los que se manifiestan, se organizan en una instancia de participación, los que exteriorizan su visión de la realidad que les toca vivir, son definitivamente un pequeño grupo de la población. Las organizaciones sindicales como la CUT representan alrededor del 10% de los trabajadores. Los partidos políticos alcanzan al 5% de los electores. Los que votan no alcanzan al 50%. Los tienen convulsionada la Araucanía son solo un puñado.
Entonces ¿cómo estamos seguros que recogemos la opinión de la gente?
¿A través de las Encuestas? Estas solo se remiten a aspectos generales y recogen los temas de preocupación de la sociedad, pero no pueden entrar en profundidades en cada uno de los ámbitos a abordar. Algunas representan solo el área metropolitana y no necesariamente a todo el país
Discúlpenme, pero decir que la gente quiere mayor educación, mejor salud, más dignas pensiones, mayor seguridad y tranquilidad, es una obviedad. Más aún es probable que sean los mismos intereses de la población en muchos países del mundo.
El tema es entrar a los detalles, hilar fino. ¿Educación Universitaria para todos? ¿Quieren un acento en la educación Parvularia, básica, media o universitaria, sabiendo que los recursos son limitados?
¿Quieren una gratuidad del Estado o un bono para que la persona diga donde quiere estudiar y use ese bono?
¿Desea una salud digna en hospitales públicos o privados?
¿Quieren una pensión digna por AFP, sistema de reparto, mixta, o simplemente le da lo mismo, lo importante es recibirlo? En fin, es ahí donde se juega si efectivamente han escuchado a la gente. Lo otro es retórica, música. Que lamentablemente es lo que hoy se vende.
Seamos serios, no utilicemos en beneficio propio eso de que “hemos escuchado a la gente”. Si quieren hacerlo, hoy gracias a las nuevas tecnologías es posible hacerlo. Supone una gran motivación para ello. Recuerden que, para pensar la nueva Constitución, el único trabajo serio conocido al respecto, solo participaron algo más de doscientas mil personas.
Nunca he oido a un político nacional decir, he escuchado a la gente y definitivamente yo estaba equivocado. Lo que sostuve en este u otro ámbito, no representaba su sentir, sino estaba más marcado por mi visión ideológica.
Cuando esto comience a suceder, estaremos realmente frente a políticos sinceros que han hecho un real esfuerzo de escuchar a la gente y no la están usando casi como un slogan de campaña. Ese día se legitimarán realmente frente a la opinión pública.
Ahora, vale la pena ser muy claro. La voz de la gente, por muy importante que sea, no basta. Los líderes tienen que proponer visiones de sociedad y desarrollo, tienen que ir más allá. Eso caracteriza a un líder y no solo ser parlante de otros.
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