“Incerteza jurídica”¿dónde?, en Chile no

Ha  causado impacto entre algunos medios empresariales y neoliberales la explicación del ex ministro de Hacienda de Pinochet, Hernán Buchi, acerca de los motivos para radicarse en Suiza, argumentando que el principal motivo es la “incerteza jurídica” existente en Chile.

Más allá del derecho que tiene toda persona de vivir donde quiera y pueda, en este caso por su ascendencia suiza, o los motivos individuales para sentirse más seguro entre los cantones de ese país, es interesante examinar el tema planteado por Buchi.

Se puede partir por el barrio, Latinoamérica, en que la parte sur se caracteriza por la convulsión. Argentina con un nuevo gobierno, elegido en segunda vuelta, heredero de una administración que dejó una seria crisis económica y problemas de corrupción, a lo cual se agrega la oposición del peronismo y su poder sindical.

Perú, que enfrenta la dispersión política y una elección entre dos candidatos minoritarios que hacen particularmente complejo el futuro gobierno. Brasil, con una presidenta cuya destitución se ve cercana y con un rechazo que la hace insostenible.

Venezuela, con una crisis económica y social que no encuentra solución con el Gobierno de Maduro, que tiene prisioneros a los dos principales líderes de la oposición. Colombia, que no ha podido resolver el conflicto histórico de la guerrilla y el narcotráfico. Así las cosas, la mayor certeza jurídica se puede encontrar en Cuba, pero no se querrá ese futuro ¿no es cierto?

Subiendo por América hacia el norte, entramos a Estados Unidos, en que el candidato republicano con mayor respaldo electoral, si fuera elegido, crearía un caos político y social de consecuencias difíciles de imaginar.

En Europa, España incapaz de lograr un acuerdo para formar un gobierno (¿y la certeza jurídica?). Francia, con gobierno minoritario y una creciente oposición facistoide. Buena parte de Europa desestabilizada por los flujos de migrantes árabes, que presionan a la tradicional estabilidad de esa parte del mundo.

Por el contrario, en Chile las instituciones funcionan, a pesar del respaldo minoritario que tiene el gobierno de Bachelet, así como la oposición. El Tribunal Constitucional acaba de dictar una resolución contraria a la propuesta pro sindical del Ejecutivo y de la mayoría parlamentaria, lo cual se obedece.

Los dictámenes de los Tribunales de Justicia son respetados por las partes y la Fiscalía Nacional ha continuado con las inquisitorias a varios poderosos del país, incluidos tanto Caval, el Milicogate como SOQUIMICH, en que el propio Buchi fue director hasta pocos días, después de una permanencia de más de un cuarto de siglo.

Existe una Contraloría General de la República autónoma en que su autoridad máxima es designada de común acuerdo con la oposición. Lo propio ocurre con el Banco Central en los nombramientos de su Consejo, el cual funciona en forma independiente del ministerio de Hacienda.

Es interesante lo que ha señalado Kathleen Barclay, presidenta de AMCHAM Chile sobre la incerteza jurídica, sobre la cual opinó que “tenemos confianza en la institucionalidad de Chile. Eso no implica que no hay algunas preguntas, pero en general los inversionistas tenemos confianza de que la institucionalidad en Chile está funcionando”, y manifestó que “los inversionistas internacionales todavía ver con muy buenos ojos a Chile. Si uno hace una comparación en la región sobre la institucionalidad y la estabilidad macroeconómica, Chile tiene una muy buena posición y también tiene más de 30 años de crecimiento económico. Eso sucede en muy pocas partes del mundo. Eso es algo positivo y no desaparece de un día para otro.”

Se fundamenta la incerteza en la Reforma Constitucional, en circunstancias que se ha aclarado que durante este gobierno sólo se hará la recopilación de las opiniones ciudadanas y ni siquiera se llegará a la etapa de definir el mecanismo para aprobar la reforma (Asamblea constituyente, Comisión especial del Parlamento u otro procedimiento). Uno de los principales generadores de incertidumbre en el país han sido algunos sectores de gremios empresariales, apóstoles de la “profecía autocumplida”, aunque termine perjudicando a los propios emprendedores.

Resulta paradigmático el alegato cuando se observa que los principales nombres que se muestran como posibles candidatos a la próxima Presidencia de la República son los de Ricardo Lagos y Sebastián Piñera, que no son precisamente unos “revolucionarios”.

Se menciona la presencia de la “retroexcavadora” como la principal culpable de los males del país, a pesar que ya fue enterrada en el lodo, a causa de los perjuicios que provocó con su andar ineficaz y los destrozos que provocó con su gestión ineficiente.

Suiza puede ofrecer certeza jurídica, pero no el incentivo de lo que queda por hacer en Chile.

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