Incertidumbre, certezas y protección social en tiempos de crisis

Bauman decía que en la sociedad actual, la única certeza es la incertidumbre, por eso hablaba de una modernidad líquida, donde todo estaba sujeto al continuo cambio, a lo inesperado, a lo que no permanece. Edgar Morin, señalaba que debíamos navegar en un océano de incertidumbres a través de archipiélagos de certezas.

La verdad es que en la vida suele haber pocas certezas, pero nos gustaría que ellas fueran más bien seguridades, es decir, que aunque pocas, nos permitieran confiar, descansar en ellas, sentirnos protegidos y sobre esa base, construir algo, no inmutable, ya lo sabemos, pero al menos no tan frágil ni evaporable tan rápido.

Pero certezas hay de las buenas y de las malas. Las de la protección y apoyo mutuo por parte de la familia, los amigos o compañeros; o las asociadas a la institución u organización donde se trabaja o se pertenece, cuando se tiene la suerte de que estén son de las buenas. Cuando no se tiene esa suerte, no son nada, y en contextos de crisis (sanitaria o social), entonces se echa de menos eso que se ha denominado “protección social”.

La protección social, según la CEPAL, es “ese conjunto de políticas y acciones destinadas a promover el ejercicio de los derechos económicos, sociales y culturales (DESC), así como niveles dignos de bienestar, y busca reducir los riesgos individuales y las brechas en los niveles de protección deseados para las personas”.

Porque si en una familia el principal aportante de ingresos pierde el trabajo, o un miembro se enferma gravemente o tiene un accidente, el mercado arroja a esa familia literalmente “a su suerte”, entonces el Estado debe(ría) configurar una red de protección para las personas.

Una red que busque hacer efectiva la idea de que todos son ciudadanos “en igualdad de derechos” y garantice una vida digna independiente de su condición socioeconómica, étnica u otra (que la igualdad de derechos es retórica y falta concretarla es una certeza, recuerdo aquella canción: “♪dicen que dice la ley, que somos iguales / ♪nadie te dirá en que sitio, pues nadie lo sabe…”). Llámese renta básica, u oferta universal de calidad en salud, educación y pensiones, o figuras similares. Protección social, en definitiva, que otorgue certezas, pero de las buenas.

Desde el 18/O de 2019, pero también desde mucho antes, y ahora en el marco de la crisis sanitaria por COVID-19, nos saltan a la vista las malas certezas.

Cuando se dice que “hay que ser previsores” o que “no se puede ser irresponsables dando pan para hoy y hambre para mañana”, porque “no sabemos lo que puede pasar más adelante”, probablemente se está pensando en las “incertidumbres de los mercados” y poco más que eso. Pero hay otras realidades de las que podemos estar bastante seguros.

Que hoy la mayoría recibe bajos sueldos es una certeza; la creciente informalidad es una certeza; los altos niveles de endeudamiento son una certeza; que las pensiones que reciben los jubilados y que recibirán en el futuro no alcanzan, son una certeza.

Que las AFP prometieron algo que no fue y que a todas luces son algo distinto de un sistema de seguridad social, es una certeza; que las comunas con más contagios y muertes por coronavirus son las con menos recursos, es una certeza…

Que la organización social de la vida teniendo como centro absoluto al mercado, resulta en segregación y desigualdad, y genera frustración, rabia, depresión, desesperanza, malestar… es una certeza. Que también genera movilización y una búsqueda desesperada por pensar y crear una vida mejor, es una certeza.

Que veníamos hablando de todo esto antes del desastre por COVID-19 y que pensábamos que en el marco del proceso constituyente podíamos mejorar lo que había, es una certeza que no ha desaparecido, se ha sumergido por un tiempo ante los embates de un azote que castiga más a los mismos de siempre, pero me gusta creer que seremos capaces de que poco a poco se levanten islotes y emerja tierra firme, archipiélagos para repensar el Estado, una protección social verdadera, un sistema de seguridad social y unas certezas que permitan construir y avanzar en una vida digna para todos y todas.

Desde Facebook:

Guía de uso: Este es un espacio de libertad y por ello te pedimos aprovecharlo, para que tu opinión forme parte del debate público que día a día se da en la red. Esperamos que tus comentarios se den en un ánimo de sana convivencia y respeto, y nos reservamos el derecho de eliminar el contenido que consideremos no apropiado