La DC y el golpe, el perdón que falta
Es cierto que la Democracia Cristiana fue formalmente oposición al Gobierno del ex Presidente Allende.
Con todo, en esta discusión, que toca la fibra más sensible de nuestro partido, no es posible matizar el grado de compromiso democrático exigible a la DC, sobre la base de una ponderación de coyuntura histórica.La coherencia democrática del Partido Demócrata Cristiano de Chile durante el Gobierno de la UP y en el derrocamiento forzoso de dicho Gobierno, es una materia controvertida de inevitable respuesta histórica, aún pendiente por parte de la oficialidad partidaria demócrata cristiana.
Hoy se cumplen 43 años desde que 13 democratacristianos, entre ellos mi abuelo, don Jorge Cash Molina, asesor político del Presidente Frei Montalva, firmaran una carta condenando categóricamente el Golpe de Estado. Firmaron entre otros, el ex Vicepresidente de la República don Bernardo Leighton, el ex Senador Mariano Ruiz-Esquide y el ex Diputado Andrés Aylwin, hermano de quien era Presidente de la DC durante aquella época, el ex Presidente de la República, don Patricio Aylwin Azócar.
Negar el testimonio documental y audiovisual que existe de declaraciones de nuestros ex Presidentes Aylwin y Frei Montalva en relación al golpe, o la declaración de la Cámara de Diputados del 22 agosto de 1973, promovida especialmente por la Democracia Cristiana, que declaraba la ilegitimidad del Gobierno de Allende, ya resultan imposibles de ocultar, camuflar o maquillar, con las múltiples herramientas de información tecnológicas disponibles.
En consecuencia, se hace indispensable para la Democracia Cristiana, en el exitoso proceso de renovación partidaria que ha liderado la actual Presidenta, Senadora Carolina Goic, seguir el ejemplo del ex Presidente Aylwin, quien admitió que también hubiese firmado la carta de los 13, en un acto de nobleza y humildad a la altura de su estatura histórica y pedir perdón a Chile por nuestro errático, vacilante y poco democrático comportamiento.
En una época en que la política se debe reinventar y en que la propia Presidenta de la DC, asumió públicamente la responsabilidad por el decaimiento ético y moral de la actividad política, pidiendo perdón al país en el funeral del ex Presidente Aylwin, pareciera conveniente que esa senda de honestidad continúe y pidiéramos perdón a Chile por haber creído que la interrupción violenta de un régimen, por más equivocado que pueda haber estado, era la solución política para salir de la crisis que vivía Chile.
Extraño profundamente un Nunca Más por parte de la Democracia Cristiana.
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