¿La derecha política y económica promueve la violencia?

Parece que la respuesta a esta pregunta es afirmativa, ya que debemos empezar por reconocer que la derecha tiene una gran habilidad para distorsionar cínicamente lo que sucede en nuestro país en torno a la violencia, se olvidan de la responsabilidad esencial que como clase tiene en la generación de esta y las consecuencias que de ella se derivan.

Si consideramos sólo lo que ocurre en el siglo XX en Chile, podemos decir que se han producido desde 1903 hasta 1973 a lo menos 50 masacres de obreros y trabajadores(1), si consideramos los horrorosos crímenes de la dictadura cívico-militar el número se incrementará por centenas. Con propiedad histórica podemos decir que esas masacres están asociadas a la derecha política y económica. Esa es violencia pura y dura.

Por otra parte, a nivel universal, en un mundo que es agrícola y tecnológicamente sostenible mueren diariamente 24.000 personas de hambre y un tercio de la humanidad se encuentra en situación de desnutrición(2). No tengo ninguna duda que ninguno de los dueños de las trasnacionales y los consorcios responsables de estas muertes nunca ha tirado una piedra, quemado una iglesia o un camión, o saqueado un supermercado. Su violencia es más sutil, se apropian de lo que nos pertenece a todos. En una sociedad que ha desarrollado la ciencia y la tecnología a niveles poco imaginables para nuestros padres, esas cifras sólo dan cuenta de la violenta inhumanidad e injusticia del sistema dominante, donde la opulencia de unos pocos/as que se basa en la explotación, el dolor, el esfuerzo y la exclusión que solo reditúa a los opresores.

Son dos las principales formas de violencia que vivimos: la violencia institucionalizada y la violencia represiva del Estado y de los grupos de poder. Hoy reflexionaremos sobre la primera ya que la violencia institucional, es la causa y fuente de todas las otras formas de violencia.

Un ejemplo de ello se lee en la prensa que nos informa: "Los bancos que operan en el sistema financiero chileno siguen mostrando buena salud. Según un reporte entregado este jueves por la Comisión para el Mercado Financiero la banca acumuló ganancias por $1.814.128 millones, lo que equivale a US$2.467 millones en el primer semestre del año. Hubo un alza de 439,96% respecto de 12 meses atrás..."(3)

Casi un insulto a la miseria de muchos y esto porque, desde hace algunas décadas, nuestros "sabios" economistas parecen haber descubierto en el neoliberalismo la fórmula mágica, que posee la capacidad de otorgar felicidad, prosperidad y bienestar, a todos aquellos que lo ponen en práctica.

Algunos de los componentes de esta "mágica" fórmula son:

La libertad, derecho fundamental e inalienable de toda persona que para ellos se traduce, básicamente, en la facultad de poder elegir que bienes consumir, frente a las inmensidad de ofertas de la sociedad capitalista; claro que solo si tienes dinero o crédito para ello.

- La competencia, que supuestamente extrae lo mejor de cada uno, ya que intentando superar al otro, la persona logra mejorarse a si misma, y este proceso, multiplicado en millones de hombres, hace que la humanidad avance en forma constante

- El mercado, que por obra y gracia de los usos y costumbres modernos, ha dejado de ser el sitio de encuentro donde hombres y mujeres concurren cotidianamente para obtener lo necesario para vivir, para pasar a ser "el templo" donde concurren los ciudadanos, día a día, para realizar transacciones y ascender en la escala social

- El consumo, que nos permite acceder a bienes siempre nuevos y resplandecientes, a través de la riqueza que logramos acumular, gracias a nuestra "capacidad", en la libre competencia con nuestros semejantes.

Ahora bien, luego de décadas de haberse puesto en práctica esta "mágica receta" no es necesario tener una gran lucidez intelectual para concluir que cada vez son menos los que acumulan riquezas y tienen la posibilidad de consumir los bienes y servicios necesarios para mejorar su calidad de vida y, en forma paralela, cada vez son más quienes, con suerte, reciben las migajas del gran banquete que disfrutan unos pocos.

Además, resulta alarmante la postura de aquellos que pretenden que no existe relación alguna entre las situaciones de pobreza e injusticia social, creadas por el neoliberalismo, y la violencia, que tienden a reducir el espacio de ésta sólo a actos explícitos como romper bienes públicos o privados, o tirar piedras, como si ella no tuviesen relación con las estructuras sociales y no fuera allí donde se encuentra el germen de todas las otras formas de violencia.

Por estas razones, sabemos que la primera violencia está en una sociedad en la que existe una escandalosa y devastadora brecha entre ricos y pobres, la exclusión y marginación de la mujer, los niños/as, los ancianos/as, los/as migrantes, los pueblos originarios y la obscena acumulación de riquezas, que ostentan unos pocos en nuestras comunidades. Ello contradice una sociedad justa y la violenta.

(1) En Archivo Chile: Masacres perpetradas en el Siglo XX
(2) En dw.com
(3) Diario La Tercera 29 de julio de 2021

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