La discapacidad en las primarias presidenciales

Matías Poblete

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Los programas de gobierno y las políticas públicas son instrumentos de gestión relevantes para la eliminación de las barreras que enfrentan las personas en situación de discapacidad (PeSD). Por ello, ante las primarias presidenciales no se pueden pasar por alto las propuestas que los candidatos tienen para esta población.

Dicho esto, llama profundamente la atención que los candidatos Lavín y Desbordes, quienes tienen colosales equipos programáticos y grandes centros de estudios a su disposición, no hayan incorporado propuestas para los casi 3 millones de chilenos que viven la discapacidad. Lo anterior, bajo la excusa de que el contenido responde a lineamientos, más que a propuestas, lo cual es absolutamente cuestionable, pues en otros asuntos presentaron iniciativas con detalle y profundidad.

Siguiendo con el conglomerado de Chile Vamos, encontramos que Sichel presenta 15 propuestas en las que predomina una gestión coordinada del Estado. El candidato, en su calidad de ex ministro de Desarrollo Social y Familia, tuvo a cargo las políticas y gestiones para mejorar la calidad de vida de las PeSD, situación que pesa sobre él, pues el gobierno en el que participó muy poco ha hecho por esta población.

Briones basa su propuesta en la implementación de un mapa dinámico, para entregar apoyos. Prefiere hacer uso del concepto necesidades especiales, otorgándole una connotación negativa al concepto de discapacidad. Propugna mayores recursos para la educación, más programas de capacitación, mejor rehabilitación y reformar el sistema de multas, para las empresas que incumplen la Ley 21.015. En el cómo de sus propuestas, el texto languidece.

Al otro lado del arco político, Boric ahonda con profundidad en el diagnóstico, posicionando el tema de discapacidad junto al de otros grupos que él denomina cómo "históricamente excluidos". Gran aporte es el establecimiento de un sistema de cuidados integral. Busca instalar una visión de "disidencias", realzando una retórica dura que contrasta con lo blando de sus propuestas.

Jadue también realiza un exhaustivo diagnóstico desde su posición política, dejando un escueto espacio a propuestas concretas para apoyar a quienes enfrentan una discapacidad. Destaca la incorporación de las PeSD dentro del establecimiento de derechos sexuales y reproductivos, también se menciona la necesidad de mejorar la educación para las PeSD. Yerra en el uso de las estadísticas, pues indica que el 20% de la población se encuentra en situación de discapacidad, citando un estudio del año 2015, ignorando que dicha cifra sólo corresponde a las personas mayores de edad.

Boric, Jadue y Sichel concuerdan en el establecimiento de una nueva institucionalidad para dar respuesta a las demandas y necesidades de las PeSD, por supuesto, cada uno con matices propios.

En este ámbito, Jadue propugna la instalación de departamentos en distintas carteras, para coordinar una acción intersectorial, que permita la implementación de acciones y políticas transversales; por su parte, Sichel propone incorporar variables de inclusión en todos los programas sociales, lo que le otorga dinamismo a la gestión pública. Estas iniciativas destacan, dentro de todas las propuestas, pues su concreción podría propiciar una mejor articulación del Estado y el esperado posicionamiento de la discapacidad en lo público.

Pasando a lo mediático, se espera que los candidatos no utilicen las típicas imágenes de personas usuarias de sillas de ruedas o con síndrome de Down en sus campañas, para hacer creer que están alineados con las PeSD, puesto que, aun cuando una imagen vale más que mil palabras, en esta oportunidad se requiere contenido.

Finalmente, es importante hacer presente que los medios de comunicación juegan un rol preponderante en la visualización de la discapacidad. Así, aquellos que transmiten debates o entrevistas tienen la labor de poner en la discusión los temas que interesan a los más de 3 millones de chilenos, sus familias y organizaciones de la sociedad civil que viven la discapacidad, tal cual como lo hacen con los temas de otros grupos como los pueblos originarios, los migrantes y la diversidad sexual.