La Moneda y su Oasis ¿quién evade más?

Mientras este malestar se manifestó antes de estallar en la capital, lo  prudente fue no adelantarse. Ahora que se conoce el manejo del gobierno y éste sólo atendió el orden público (la punta del iceberg), recién se puede ser propositivo. 

Sin embargo, no recuerdo una medida de la magnitud que significa el Estado de Emergencia en el gran Santiago bajo estas circunstancias. La democracia no se resguarda de esta forma, se requiere una salida política; se requiere revertir medidas que provocaron este descontento.  

Pero la desidia sostenida del gobierno ha afectado a todos los sectores productivos y políticos; ahora ésta fue prístina para la ciudadanía y el mundo durante la jornada pasada, porque no hubo respuesta ni contención de las autoridades. Bueno, así también nos hemos sentido como representantes de los chilenos quienes fuimos elegidos para aquello, porque durante este gobierno hemos sido simplemente ignorados al manifestar necesidad de nuestras regiones. Sin embargo el parlamento no puede saltar torniquetes. 

Es cierto que nadie está obligado a lo imposible, pero La Moneda está obligada a escuchar, no obstante ha seguido su agenda de forma obtusa.

Cierto es también que los políticos debemos hacer el ejercicio de la autocrítica y eso es lo que espera la movilización ciudadana. Aquella que propiciamos en dictadura y la que oímos en la llamada revolución pingüina. Responsabilidad política que hemos tenido como oposición, prudencia de nuestro sector que ahora está llamado a actuar. Al gobierno le llegó hora de go-ber- nar para todos. Estamos llamados a encontrar una fórmula de salida expedita a esta crisis  y a la necesidad a lo largo de todo el país que no ha escuchado La Moneda. Todo en ese oasis del que habló el Mandatario cuando mirando desde lejos, se vanaglorió de Chile en comparación con la situación ecuatoriana y otros países vecinos.  

Esa actitud es reflejo de una autoridad con falta de empatía y el costo político debiera ser alto. Pero los únicos que han pagado son quienes han salido a la calle porque se ha hecho oídos sordos a todo diálogo. Los ciudadanos necesitan certezas y lo que se  ofrece es un discurso vacío. Este es un punto de inflexión.  

Es un ejercicio de humildad revertir las alzas en la tarifa del Metro y medidas represivas como primera señal, porque la decisión tomada genera mucha rabia  e indignación sin duda.

Su próximo paso  es asumir la crisis y más que quedarse en criminalizar el vandalismo, no se puede tapar el descontento que dio pie a que surgiera un movimiento ciudadano de estas características.

Y una  vez más se hace necesaria la información que pudiera generar la inteligencia y en base a aquello generar las medidas de seguridad. Es complicado que se tomen decisiones desproporcionadas sin una solución real para el problema de fondo. 

Desde la Oposición debemos olvidarnos de la opinología servil al voladero  de luces del Gobierno y concentrarnos en insistir en hacer las cosas bien, pese a sentir que le hablamos a la pared. Estamos más que nunca llamados a ponernos a disposición para desde la Oposición, procurar que este descontento no escale. 

Ello con propuestas sólidas y eficaces, el desafío país es superar la Desigualdad que existe en Chile, lo de hoy debe cambiar radicalmente la Agenda del Gobierno porque la prioridad está en lo Social, aunque a ellos no les guste. 

Prioridades son la Reforma de Pensiones, la Reforma Laboral, una Educación de Calidad y Seguridad Ciudadana entre otras, todas ellas ignoradas en Presupuesto 2020 sin considerar recursos para su implementación o bien anunciando fondos potenciales como la recaudación de la reforma tributaria en trámite. Con esos antecedentes, entonces , quien evade más? 

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