Lagos presidenciable y su deuda con la política indígena

El reconocimiento constitucional de los pueblos originarios, la participación política mediante cupos reservados en el Parlamento, autonomía político-económica y restitución del territorio ancestral. Son cuatro temas sustanciales para el pueblo mapuche, que cambiarían para siempre la deuda que el Estado tiene con nosotros. No es un sueño, es una realidad que pude ver en las primeras naciones de Norte América y en reunión con el jefe Maorí de Nueva Zelanda en el foro Mundial de líderes indígenas en Canadá.

Allí, pude conocer la realidad del avance en políticas indígenas de países desarrollados. Años luz de la realidad de Chile. Pero, ¿por qué en Chile, eso, no ha sucedido aún? Las respuestas es la falta de voluntad política. Lo que me lleva al tema de Ricardo Lagos. He sido duro con Lagos y su falta de compromiso con mi pueblo, que no ha pasado más allá de la creación de la Comisión de Verdad Histórica y nuevo “teatro” como, irónicamente, algunos hermanos le llaman.

Es urgente avanzar en esta materia, porque para el mapuche la discriminación siempre ha sido un tema clave. Y cómo será la que sufren mis hermanos, si yo mismo he sido discriminado. En una ocasión, había una reunión con la Presidenta de la República, pero una asesora llamó al diputado del partido para pedirle que yo no participara, que fuera otra persona, que a ella le caía bien.

“El carácter del hombre está dado, dirigido y definido por el entono”, dijo Robert Owen. Podemos concluir, entonces, que la discriminación no es culpa de la persona, que a ella la ha forjado el medio y es resultado de una sociedad, clasista, arribista y racista que, históricamente, ha visto al mapuche como un indio bárbaro, como decían Mackenna y Bulnes. No tengo resentimiento con esas personas, porque no saben conscientemente lo que hacen.

Necesitamos un debate de ideas, que plantee un problema de pueblo y sé qué dicen, los mapuche están divididos, no hay con quién hablar, nunca se ponen de acuerdo, no participan todos. Una crítica que no se sustenta, ya que, los chilenos no participan todos tampoco, sólo vota un 42%. Eso, lo dice menos del 1% del país, los que tienen el país polarizado y a la ciudadanía segregada. Nosotros somos un millón y medio en Chile, el 10%.

Al mismo tiempo, sabemos que nuestro pueblo no es perfecto. Tenemos distintas corrientes ideológicas y religiosas, estamos ubicados en la cola de la distribución del poder económico y político, pero todos tenemos el mismo origen, somos hermanos. Y estamos llamados a una misión común, sacar adelante nuestro pueblo. 

El mapuche está siendo políticamente maduro. Nos hemos dando cuenta que nuestra temática sí es un tema relevante, tanto es así que cada vez que hay una elección, los políticos se acercan tanto al mapuche que hasta parecen defendernos, pero sólo hasta que pasan las elecciones. Esto significa que el político vio que los mapuche tenemos un bloque de votos que puede determinar quién va a llegar al municipio, al Congreso y a La Moneda.

Fue el voto mapuche el que ayudó a poner a la actual administración de Chile. Pero, no hay que olvidar que, su voto sin mucho conocimiento, voto confuso e ignorante, puso a Piñera, que aprobó leyes que han afectado a nuestro pueblo, nuestro territorio y también a los pobres y marginados de Chile. Me refiero a la Ley de Pesca que no sólo afectó al mundo Lafkenche, sino también al chileno humilde.

No estoy exigiendo demasiado, son demandas históricas y que, inclusive, se encuentran en la Comisión de Verdad Histórica y Nuevo Trato. Estoy hablando, del reconocimiento constitucional de los pueblos originarios, que transformaría a Chile en un Estado Plurinacional.

De autonomía política y económica, de restitución del territorio, de participación política en la toma de decisiones, creación de un registro lectoral para los pueblos originarios para que elijan representantes a la Cámara de Diputados y senadores.

De terminar con el DL N° 701 creado en 1974 por Pinochet, que financia a Angelini y Matte con platas de todos los chilenos, mediante la bonificación forestal del 75 al 90% y que hoy tiene los suelos de la Araucanía y el Bío-Bío con déficit hídrico y acidificados, donde las comunas más pobres de Chile como Ercilla son las que tienen 50% de superficie forestada.

Se les debe cobrar la deuda del impuesto territorial a las forestales y deben responder por todas las transferencias de territorio mapuche que se les hizo en la dictadura, lo que les lleva a poseer más de 2.6 millones de hectáreas, tres veces más que todo el pueblo mapuche del Bío Bío al sur.

“Ni en el mundo, ni fuera de el, hay nada absolutamente bueno salvo la buena voluntad” decía Kant. En efecto, si Ricardo Lagos tiene la voluntad política de cumplir los puntos planteados y las recomendaciones que Patricio Aylwin le hizo, yo lo apoyaría. Siempre y cuando cumpla.

Los avances en materia indígena en países desarrollados como nueva Zelanda son conocidos universalmente, en palabras de Kant “si quieres que tu comportamiento sea moral, debes procurar que sea universal y que sea seguido por cualquier sujeto racional”, qué duda cabe que Ricardo Lagos es un sujeto racional y resolver la temática mapuche es un comportamiento moral.     

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