¿Liberalismo económico en Chile?

No soy liberal, pero me parece legítima la pregunta si en Chile existe una propuesta en materia política - económica cercana a esa corriente de pensamiento.

Es cuestionable afirmar que la sociedad chilena ha estado por décadas imbuida en un supuesto pensamiento liberal, y también lo es que exista una propuesta de país en ese sentido, ¿por qué?

Valorar en apariencia el sistema económico sustentado en el libre mercado, no es razón suficiente para considerarse un liberal. De todos modos, hasta en ese punto pareciera exhibirse  inconsistencias por parte de quienes señalan serlo. En efecto, más que reivindicar la competencia y la libertad de emprendimiento, los representantes políticos pseudos iberales parecieran defender los intereses de los grupos económicos para maximizar beneficios económicos y políticos.

En los hechos, el consenso político post transición a la democracia se fundó en la ausencia o precariedad de regulación, control y fiscalización por parte del Estado, dicha herencia ha sido porfiada de reformar.

Al respecto, Chile ha sido un caso ilustrativo para comprender como se corrompe la concepción del liberalismo clásico, sobre todo por su alejamiento de la ética. Componente central en la visión de ideólogos del liberalismo (autorregulación y respecto por el derecho de los demás).

La lógica de situar al Estado en una posición lo más irrelevante posible en el ámbito de la regulación y fiscalización, ha sido causa eficiente del abuso permanente en que se encuentran los ciudadanos.

La homogeneización del pensamiento de la elite política respecto a la disfuncionalidad del Estado en materia de regulación, ha facilitado el financiamiento transversal de la política, ya que de algún modo la contribución busca que el Estado no interfiera en los “negocios privados”. Así los políticos de todo el arco ideológico acuden a los mismos mecenas, siendo ello una característica palpable de la corrupción del pensamiento liberal, en especial por parte de quienes dicen representar sus ideales.

El liberalismo económico ha sido una bandera política levantada por una parte de la derecha en Chile, pero que demuestra incoherencia en su actuar. Las evidencias en la corrupción de los principios liberales están a la vista: colusión de empresas oligopólicas; la desprotección ante las arbitrariedades en los cobros por parte de las compañías de servicios de todo tipo, especialmente los seguros de salud y farmacéutica; los daños medio ambientales y la lógica del que contamina paga; la normalización en la construcción de barrios para ricos y otros para pobres, etc.

Ese ideario no va de la mano con el liberalismo que busca justamente evitar la concentración de la riqueza. ¿Esa es la propuesta del liberalismo que representa la derecha en Chile?

Hasta hace muy poco, para palear los síntomas de corrupción se proponía más libertad económica, es decir ausencia de regulación, un mayor debilitamiento o ausencia del Estado.

La máxima ha sido cautelar la competencia, pero en realidad es justamente la carencia de ella una característica en muchos rubros de la economía chilena. En consecuencia, el denominado “abuso” en contra de los ciudadanos, está dado por un sistema que facilita la colusión precios; una alta rentabilidad de la banca al borde de lo impresentable; aseguradoras de salud (Isapres) que gozan de enorme rentabilidad con la salud de los chilenos; a lo que se suman las AFP que en comparación a las jubilaciones “indignas” que reparten, obtienen una ganancia desproporcionada, por citar algunos ejemplos.

Finalmente, aparte de señalar el slogan que se terminará con los “abusos”, cuál es la propuesta de quienes se autodefinen liberales en materia de rol del Estado, en última instancia, cuál es su propuesta respecto a la República o visión de sociedad de una derecha que dice ser liberal en lo valórico, pero que actúa a favor de la concentración económica, falta de regulación y fiscalización.

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