¿Longueira cuelga los botines?

¿Cuántas teorías hemos escuchado sobre el fin de la transición? Cada vez que Chile se ve enfrentado a un hecho significativo de la política, aparecen al instante cientos de opinólogos de redes sociales declarando su final y celebrando cual “cumpleaño de monos” el despertar de la nueva democracia.

La Real Academia de la Lengua española define la palabra “transición” cómo “un cambio repentino de tono y expresión”, basados en esta definición algunos han planteado en el último tiempo la muerte de la transición.

Nos han dicho que la transición terminó el día que los chilenos elegimos nuevamente a un socialista cómo Presidente de la República, otros en cambio, plantean que se acabó el año 2010, cuando la Concertación perdió el poder después de 20 años, incluso algunos se han atrevido a plantear que el fin ocurrió el año 2011, cuando los jóvenes dijeron ¡basta! y se tomaron las calles, los liceos y todos los espacios de opinión pública para exigir una mejor educación.

Ahora bien, independiente de la temporalidad, estamos los que creemos que la transición no ha llegado a su final aún, y muy probablemente no llegaremos a ese momento en los próximos días, semanas o meses. Y es que para que un Estado socio político concluya es fundamental que aquellos que lo lideran -y lo han liderado en los últimos 40 años- también caduquen. De lo contrario, la etapa (Transición) sigue enquistada en el ADN del proceso decisorio, el cual obviamente en el caso chileno es realizado por los mismos jugadores hace varias temporadas.

Pensando en el fin de la transición esperé pacientemente las declaraciones de Pablo Longueira hace algunos días, sentado como un niño frente al televisor aguardando pacientemente por un nuevo capítulo de los súper campeones, así estaba, presentía que llegaba el día de la jubilación pública del hombre fuerte de la UDI, Pablo Longueira, el hombre de la nueva derecha pos-dictadura, el hombre que ganaba en las mesas de La Pintana, el hombre de “Estado” que salvó el gobierno de Ricardo Lagos.

¿Pablo Longuera el factótum de la derecha chilena colgaba los botines? Pero no fue así, y los fantasmas volvieron a surgir, el televisor se abultó con expresiones cómo, “soy inocente” “por el bien de Chile” “demostraré mi verdad” y muchas más.

Justo cuando algunos creíamos que la transición finalmente podía terminar, y que nos llenaríamos de frases como, “perdón” “nunca más” “la cagué”, Longueira informó al mundo que estaba lejos de colgar sus gastados botines, y de paso los jóvenes UDI que pre calentaban ansiosos para debutar, volvieron raudos a sentarse en el banquillo de suplentes.

A fin de cuentas cuando el capitán no quiere salir de la cancha solo queda sentarse y esperar. 

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