Menos viáticos y más Regionalización

Que el Congreso de la República se encuentre en Valparaíso, no es descentralizar, es un falso ídolo de regionalización, pues nada le ha contribuido a la ciudad ni a las regiones que el Legislativo se haya trasladado allí hace algunas décadas.

Es simple y llanamente, una pérdida de recursos para el Estado.

Hay naciones como Estados Unidos o Turquía, cuya capital no es la ciudad más grande del país. Hay otros como Brasil, que han creado centros urbanos para centralizar allí los tres poderes del Estado: Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Hay incluso quienes han elegido a su capital por la ubicación geográfica de esta, como Canadá.

Todos los países tienen el Congreso y el Ejecutivo en una sola ciudad, salvo Sudáfrica, donde Ciudad del Cabo es la capital legislativa y Pretoria la administrativa. Sin embargo, todo indica que el Congreso será llevado a Pretoria donde se encuentra la sede de Gobierno, por los altos costos que significa el ir y venir entre ciudades para los ministros, funcionarios públicos y parlamentarios.

Pues es sin duda una incoherencia que el Poder Legislativo esté separado del Ejecutivo. No tiene ningún sentido y sólo provoca miles y miles de millones de gasto innecesario: pasamos 6 días al mes en el Congreso, por lo que el traslado a Santiago no solo sería un ahorro económico, sino también restituiría el curso normal de la democracia republicana.

Por ello, la rebaja del 20% de los viáticos anunciada por el Gobierno de Sebastián Piñera es más bien una medida populista que efectiva. No apunta a lo central, que es el gasto permanente en el traslado a Valparaíso de todos los ministros, lo que atenta en contra de la eficiencia y también, del ahorro. Claramente el principal gasto de los Secretarios de Estado en viáticos, es por su traslado permanente hacia el Congreso en Valparaíso.

Pero no debe haber viáticos. Esto debe abordarse de manera seria y profunda, no de manera cosmética y trivial, pues el tema de fondo es que el Congreso en Valparaíso es un absurdo.

El Congreso debe funcionar en Santiago, tal como funciona en todos los países del mundo, en la capital, con el Legislativo en conjunto al Ejecutivo, es decir, con el Congreso al lado de La Moneda.

Una ley que permita el traslado, nos ahorraría miles y miles de millones de pesos. Lo he planteado de manera reiterada y he encargado un estudio a la Universidad del Bío-Bío para establecer el monto del gasto de este hotel 5 estrellas en Valparaíso, que los parlamentarios ocupamos menos de una semana al mes, y que obliga a los ministros y a todo el aparato público, a viajar permanentemente y por ello, a utilizar viáticos.

Además, el aumento de parlamentarios tras la última elección trajo consigo nuevos costos para el Estado, ya que involucra el pago de dietas, gastos de representación y nuevas instalaciones, lo que significa al menos un costo de $13.000 millones para las arcas fiscales según un informe elaborado por la Biblioteca del Congreso Nacional.

Por ello, hemos solicitado al ministerio de Hacienda un estudio financiero donde se nos indique la reducción de costos que significaría trasladar la sede del poder legislativo al ex Congreso Nacional en Santiago con el objeto de hacer al Estado más eficiente y eficaz.

Chile tenía en 1973 una Cámara de 150 diputados y un Senado con 50 miembros, por lo que el número no sería un problema.

Y el edificio del Congreso en Valparaíso, se podría destinar a los ministerios del Mar o de Las Culturas, en una acción que sí permitiría la descentralización efectiva, con beneficios para la Región de Valparaíso completa, pues los Ministros allí albergados comenzarán a tomar decisiones con una mirada regionalista, unificadora, pensando en todo el país.

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