No es TVN, es lo público

Costó mucho aprobar en el Senado el proyecto de ley que facilita la capitalización de TVN y el que crea la señal 2 del canal público, destinada a contenido exclusivamente cultural y educativo, de acuerdo al mandato legal que se le dio a TVN. Aún resta el trámite en la Cámara, pero ya sabemos que la actitud de la derecha es una sola: oponerse tenazmente a que estas dos iniciativas sean aprobadas de manera conjunta. Según la Oposición, ambas iniciativas no pueden convivir.

Es muy difícil sostener públicamente que se está en contra de que en Chile por fin se desarrolle una señal esencialmente cultural y educativa. Cuesta entender que exista un sector político que abiertamente le niegue esta posibilidad al país, especialmente a las regiones que muchas veces tiene menos opciones a acceder a ofertas televisivas de mejor factura, calidad y diversidad.

Acá lo único relevante es debatir si es que en verdad queremos una televisión pública objetiva, pluralista y autónoma que no dependa del gobierno de turno.

Todo lo demás son excusas para tapar lo que realmente le pasa a la derecha. No es TVN, no es la señal 2, no es el titular del directorio. Al parecer la derecha prefiere acotar lo público.

En su porfiada negativa a este proyecto,  buscan  conocer los detalles del plan de administración y gestión de TVN. Eso no es más que meter las manos en la administración del canal, cosa que justamente es lo que no se puede permitir, que  TVN no sea intervenido por la política.

A nuestro juicio, los directorios deben responder a sus mandantes bajo las normas que dictan los gobiernos corporativos de cada una de esas compañías. Esas son las reglas del juego y es muy nocivo que los sectores políticos intenten intervenir, condicionar o guiar la administración de una empresa tan relevante como es TVN, a cambio de sus votos en la sala.

El Canal de todos los chilenos, pertenece a todos los compatriotas y no es botín  político y de los gobiernos.

Si no quieren televisión pública, que lo digan abiertamente, si no quieren canal cultural y educativo, que lo admitan abiertamente, pero no usemos malos argumentos.

TVN merece una oportunidad que nunca ha tenido: se le ha obligado a jugar un rol público, pero sin ningún apoyo público. Esto lo estamos corrigiendo con este proyecto de ley que permitirá por fin cumplir lo que está escrito en la ley, que es darle a Chile una televisión plural, donde quepamos todos en la pantalla.

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