Pensemos en Chile

Estamos llegando al final de la primera vuelta electoral que elige nuevo Presidente(a) de la República, Parlamentarios(as) y Consejeros(as) Regionales.

Es un momento de definiciones y acciones que debieran permitir  al país ver con mayor tranquilidad su futuro.

En el plano presidencial es ya casi un hecho que la segunda vuelta será entre el candidato de la derecha, Sebastián Piñera y alguno de los candidatos del centro o de la izquierda chilena.

En lo relacionado con el tema parlamentario como producto del nuevo sistema electoral tendremos un congreso más diverso y representativo que el actual.

Este escenario significa un gran desafío para los actores políticos que deberán ser parte de este proceso en los próximos tiempos.

Al analizar el accionar de estos sectores durante los últimos años  y proyectar la tarea que tienen hacia el futuro, surge la gran duda si estarán a la altura de esta misión  y cual debiera ser su forma de ejercer el rol político que les corresponde.

En lo que dice relación a los caminos a seguir ante la responsabilidad de enfrentar la seria posibilidad que la derecha vuelva a gobernar, creo que no corresponde plantearse otro camino que no sea  buscar los máximos acuerdos que logren entregar al país una alternativa integradora, seria, responsable y muy realista de lo que corresponde contemplar para el próximo periodo presidencial. 

Teniendo en consideración la imperiosa necesidad de saber recuperar el estilo del diálogo, de la búsqueda de los acuerdos y por sobre todo asegurar los cambios que aún se requieren para ir perfeccionando nuestro sistema político y avanzar decididamente en el propósito de asegurar una sociedad  participativa, mucho más equitativa y  representativa de todos los sectores del país.

En ese gran desafío es innegable que los partidos que respaldan las candidaturas de Goic y Guilier tiene la primera y gran responsabilidad de convocar a ese  entendimiento.

Su pasado anterior en la política de los grandes acuerdos , que es un gran capital y su responsabilidad de saber asumir la corrección de errores cometidos deben ser los pilares que garanticen un compromiso real con los nuevos desafíos y por sobre todo con las tareas pendientes, e inspirados en esos pilares buscar los caminos de entendimiento y proyección.

Es innegable que los chilenos aún esperan cambios importantes en temas como lo constitucional; las políticas de salud en su cobertura, calidad de atención, y variedad de prestación de servicios; el sistema previsional; la real descentralización política y administrativa de Chile;  la consolidación de un sistema educacional que asegure una justa cobertura y una real calidad  y el avance a una sociedad más participativa y más justa y equitativa, entre otros grandes temas.

Esas son tareas que la derecha no hará.

Esta realidad nos obliga a buscar con “decisión y coraje” como decía Don Patricio Aylwin el máximo de acuerdos posibles para asegurar una alternativa viable en esa segunda vuelta.

No hay otro camino.

La opción de pensar en abstraerse de dicha responsabilidad o asumir una actitud pasiva o ausente de esas definiciones que se tomaran sería renunciar al rol político que les corresponde y por sobre todo  traicionar el espíritu que inspiró a los grandes políticos de aquella época que con coraje y generosidad supieron entregar a Chile un camino de cambios, acuerdos, diálogo, y consensos que aseguraban  cumplir con los desafíos existentes.

Hoy es responsabilidad de  aquellos que dicen no querer volver atrás entender que se deben realizar todos los esfuerzos para alcanzar esos acuerdos, esas propuestas relistas  que esperan los ciudadanos y por sobre todo el compromiso de emprender junto a la gente el camino de reencuentro entre los chilenos  que buscan y quieren avanzar en la construcción de una sociedad más libre, dialogante, justa y participativa.

No  tomar dicha senda por razones de situaciones de la política coyuntural de hoy  o por cálculos político-electorales de poder, seria traicionar la historia que dio origen a este gran reencuentro entre los demócratas.

La responsabilidad de enfrentar la preocupante disyuntiva que hoy tenemos en esta elección presidencial  es de los actores políticos que en su momento no lograron ofrecer al país un camino seguro y lo suficientemente integrador.

Por lo tanto el desafío de esos sectores que en el pasado supieron avanzar en acuerdos  y en propuestas unitarias y realistas es recuperar esa capacidad de diálogo, de entendimiento , de ejercer la acción política en la búsqueda de un bien común definido en conjunto y por sobre todo asumir que Chile necesita una centro izquierda unida y entusiasta en entregar con generosidad su accionar detrás del  gran objetivo de interpretar a los chilenos en sus reales inquietudes y aspiraciones en la búsqueda de una sociedad más realizadora e integradora.

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