Por Chile

Sergio Velasco
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El miércoles 19 de mayo de 2021 quedará grabado para siempre en la memoria de todas y todos los chilenos, los que estuvieron pendientes hasta las 23.59 hrs. frente a la pantalla de TV o escuchando una radioemisora, para conocer quiénes y cómo serían las inscripciones a las primarias legales presidenciales.

El bochornoso espectáculo gratuitamente brindado por los partidos políticos de centro izquierda, la izquierda y otros fue un show parafernálico irreproducible. Nos dio vergüenza ajena ver como los supuestos líderes, se pelean entre sí, a vista y paciencia de un pueblo que espera algo mucho más digno en ellos.

Las últimas elecciones dejaron a algunos muy descolocados y profundamente dañados. Otros con una "borrachera electoral" insoportable. Lo que en definitiva concluyó con la no inscripción de las colectividades que conformaron la Nueva Mayoría.

Hoy, tras los pésimos resultados electorales, se convirtió en una nueva minoría, aislada y despreciada por sus hegemónicos supuestos socios. Más encima, fueron ninguneados y censurados públicamente.

El triste papelón ejercido es un hecho de la causa. Causa que está lejana a las necesidades del pueblo sometido a una letal pandemia, donde el Gobierno no llega oportunamente con soluciones imprescindibles.

Al parecer no se dan cuenta. Porque no hay peor sordo que el que no escucha, ni peor ciego el que no quiere ver. Las y los ciudadanos han hablado a través de las urnas claro y preciso. Quieren cambios, concretos en igualdad, en paz y justicia social.

Para que la dignidad de una vez por toda se haga costumbre. Partiendo con una moralidad pública intachable.

De la misma forma, como existe un desprestigio en las instituciones republicanas que conforman la base del país, llamase Poder Ejecutivo, Judicial o Legislativo, incluyendo las FF.AA., las iglesias, los gremios y asociaciones empresariales, los partidos políticos en esta y en otras penosas ocasiones se llevaron el merecido huevo de oro.

Al final de esta comedia, casi una tragedia griega, sólo se inscribieron los partidos de Chile Vamos con cuatro candidatos presidenciales. Todos varones, para decidir quién puede salvarlos como diría el "Chavo del Ocho", después de la hecatombe electoral sufrida, No lograron sacar el tercio que pretendían de Convencionales Constituyentes, para impedir reales como necesarios y urgentes cambios en la Carta Magna de Pinochet.

Las fuerzas de izquierda, llamase PC y FA, que tenían la oportunidad histórica de conformar una unidad poderosa por y para los cambios, no lo hicieron mejor. Se negaron a conformaron un bloque consistente que diera gobernabilidad al país. El juicio de la historia caerá sobre ellos.

Convirtiéndose, tras conocerse los resultados, en la noche del domingo 16, en los nuevos jueces del Olimpo, vetando, a diestra y siniestra, a quienes horas antes pretendían ser sus cercanos aliados. Justificar lo injustificable, ya no tiene razón de argumentar, los dados están tirados, las primarias sólo se realizarán con candidatos varones. La inclusión de la mayoría femenina no es viable, quienes se llenan la boca por entregarles cuotas de representación, solo sirven para cargos menores, nunca más una mujer presidenta.

El veto es una mutilación inaceptable, para cualquier partido político, es simplemente entregar la oreja, incluido una violación, a los miles de militantes, hombres o mujeres, los y las independientes que luchan trabajando desde las bases por sus ideales y principios.

Por Chile, hay que buscar un entendimiento. Una unidad seria, no excluyente, transversal, generosa, amistosa, el resto, nos lleva al despeñadero. El plan de la derecha es que el pueblo decida entre los dos extremos.

Por Chile, debemos todos y todas, desprendernos de quizás nuestros legítimos derechos o aspiraciones, para dar paso, a un consenso que interprete a la mayoría nacional.

Por Chile, todo esfuerzo o renunciación que se haga es poco. No se trata de una lucha descarnada por el poder. Este escenario es una mala reproducción del pasado, con fatales consecuencias inimaginables.

En la vereda de al frente, con una actitud visionaria, sin manifestar ambición alguna, está la presidenta del Senado, Yasna Provoste, que brilla con luz propia, preocupada del pueblo que sufre, del pueblo marginado, del pueblo humillado, de los que ni estudian ni trabajan. De los mismos que siguen chuteando piedras en las esquinas, en esta sociedad consumista que nos les da oportunidad alguna.

Reconozcamos a una autentica mujer, diaguita, senadora por Atacama, hija del esfuerzo, que abrazo sus ideales humanistas y cristianos, para servir y no ser servida, como tantos otros.

Por Chile debe y tiene que responder a los nuevos tiempos. Para ella es un deber ineludible. Tomar una decisión, ante lo que se avecina, es un imperativo patriótico.

¿Debe ser quizás? por su voluntad de servicio público, transparente, siempre trabajando para favorecer a los y las más necesitadas que las encuestas la favorecen. Promoviéndola como una líder de temple, que, en pocos meses de ejercer su importante cargo, ha demostrado con creces, su amor por Chile, sin exclusión alguna.

La esperanza esta puesta en ella. Lo sabemos los demócratas, quiénes vivimos a diario en provincia, y estamos en contacto permanentemente con el pueblo. No intentemos tapar el sol con un dedo, El futuro del país está nuevamente en tus manos.

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