¿Quién dijo que todo está perdido?

En medio del análisis electoral pos  municipales 2016 negativo para la Nueva Mayoría, corresponde hacer una focalización en el proceso de examinar detalladamente para lograr algunas conclusiones más específicas que puedan definir el estado actual del resultado electoral.

Nos referimos al resultado de tres comunas de la Región Metropolitana, que son comunas populares, de mucha población, situadas en distintos puntos de la región, donde resultaron electos nuevos alcaldes con Nibaldo Meza (Peñaflor), Claudia Pizarro (La Pintana) y Claudio Castro (Renca).

El primer antecedente es que los niveles de abstención son los que corresponden a la crisis general de la participación ciudadana del país.

Pero estas tres comunas tienen en común la llegada de rostros nuevos comprometidos a dirigir sus respectivas comunas, son demócratas cristianos que representan a una generación de recambio en la política chilena, con una vastísima experiencia política y un trabajo generado desde las bases políticas y sociales. Son personas con una preparación técnica y una sensibilidad social.

Estas comunas representan a más de 300 mil electores que estaban dirigidas por alcaldes de la UDI (Peñaflor y Renca) y un alcalde del PPD fuertemente cuestionado por actos de corrupción (La Pintana).

Es interesante constatar que los triunfos de los tres alcaldes electos, en general, están invisibilizados por los medios de comunicación masivos, principalmente la televisión.

Sus desafíos son similares, en primer término iniciar una gestión alcaldicia con transparencia y probidad, que permita recuperar la fe pública en municipios que tienen una enorme responsabilidad social en su gestión.

En segundo término, una gestión participativa con una comunidad más organizada y exigente, que canaliza su participación a través de distintos medios y canales, muchos de los cuales son innovadores e inorgánicos.

En tercer término, realizar una gestión de calidad, que busque la eficiencia de los pocos recursos disponibles y la eficacia de una gestión municipal al servicio de sus vecinos y vecinas.

Esta generación de recambio simboliza una oportunidad de la buena política, esa que cree en los partidos políticos como instrumentos de transformación social al servicio de los más vulnerables.

Que tienen un fuerte compromiso con el mundo comunitario, al provenir de dicho sector.

Que creen en la gestión de un municipio como la primera línea de trabajo de un Estado con la sociedad.

En medio de un resultado electoral preocupante por la alta abstención, en la Región Metropolitana, desde comunas populares que no son noticias en los medios masivos de comunicación, tenemos una importante oportunidad de demostrar que no todo está perdido, no será tan fácil, no será tan simple, pero nos iremos tranquilo de las manos de tres personas que creen en una Democracia Cristiana comunitaria y popular.

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