Septiembre: celebrar, conmemorar y recordar

La mayoría de los chilenos considera que septiembre es “el Mes de la Patria”, con fechas significativas entre las que se funden tragedias y alegrías, dolores y primaveras, conmemoraciones y celebraciones. 

Si en el calendario partimos por el primer hito histórico, usted posiblemente recordará que este miércoles 4 de septiembre se cumplieron 49 años de la elección de Salvador Allende. Fue el primer líder marxista en el mundo que llegó al poder por la vía del voto popular y no por el camino de la revolución armada.

Ese viernes 4 de septiembre de 1970 una multitud alborozada celebró el triunfo en las calles como un anticipo de la Primavera. En los sectores conservadores de la sociedad, en cambio, no hubo celebraciones y comenzó a fraguarse la insurrección frente al temor de una “dictadura comunista”. 

Pero hubo otros “4 de septiembre” que pocos recuerdan. 

El 4 de septiembre de 1964, hace 55 años, llegó a la Presidencia de la República el líder demócrata cristiano Eduardo Frei Montalva, padre del presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle.

Seis años antes, en esa misma fecha de 1958 fue elegido Presidente el economista conservador Jorge Alessandri Rodríguez y el 4 de septiembre de 1952 ganó la Presidencia el general Carlos Ibáñez del Campo. El ciclo se cierra con el radical Gabriel González Videla, que obtuvo el poder el 4 de septiembre de 1946. 

En el siguiente día de nuestro calendario patrio, el 5 de septiembre se cumplieron 81 años de la Matanza del Seguro Obrero en 1938. Una fecha que no se celebra, pero sí se conmemora. Fueron más de 60 jóvenes del Movimiento Nacional Socialista, asesinados a balazos por la policía cuando se habían rendido, después de tomarse el edificio que hoy ocupa el ministerio de Justicia, en la esquina de Morandé con Moneda.

Otros jóvenes, que se habían tomado la Casa Central de la Universidad de Chile en la Alameda, fueron llevados desde ese recinto, por calle Morandé, para ser ejecutados junto a sus compañeros en el edificio del Seguro Obrero. 

El domingo 7 de septiembre de 1986, hace 33 años, el general Augusto Pinochet salvó ileso de un atentado en el que murieron cinco miembros de su escolta.

Pinochet regresaba a Santiago desde su casa de El Melocotón, en el Cajón del Maipo, cuando quedó envuelto en la emboscada que le tendió el Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR). Algunos vehículos de la caravana fueron destruidos por las balas de los guerrilleros, pero la bazuca que debía alcanzar al automóvil de Pinochet… no estalló. 

Horas después, en la madrugada del lunes 8 de septiembre y en medio del toque de queda, militares vestidos de civil secuestran al periodista José Carrasco Tapia desde su hogar, en presencia de su familia. La misma acción repiten con el electricista Felipe Rivera, el publicista Abraham Muskablit y el profesor Gastón Vidaurrázaga.

Los cuerpos de los cuatro secuestrados, miembros de organizaciones de izquierda, aparecen ametrallados en diferentes puntos de Santiago como represalia por el atentado de la víspera. 

El martes 11 de septiembre de 1973, hace 46 años, es el día más trágico de nuestra historia reciente. El presidente Salvador Allende se suicida en el Palacio de La Moneda, sometido al ataque aéreo y terrestre de los militares.

Tras el golpe, Pinochet se instala en el poder y encabeza la dictadura más prolongada que ha tenido Chile, con un balance de miles de muertos y desaparecidos. Es una fecha que se conmemora pero no se celebra. 

Y hay otro “11” en la historia patria. Es el día en que el cacique Michimalonco, al frente de 8.000 mapuches, incendió Santiago el domingo 11 de septiembre de 1541. Cuenta la leyenda que, para responder al ataque, doña Inés de Suárez decapitó con una espada a seis indios prisioneros e hizo lanzar sus cabezas a los mapuches, que sólo entonces decidieron replegarse. 

Así llegamos al “18”, día de la independencia nacional según la creencia generalizada. Pero lo que en esta fecha celebramos con alegría no es la independencia, sino la instalación de la Primera Junta Nacional de Gobierno, en 1810, para mantener la lealtad del Reino de Chile “a nuestro bien amado Fernando VII” entonces prisionero de Napoleón. La independencia se proclamó casi ocho años después, el 12 de febrero de 1818. 

El 19 de septiembre Chile celebra las Glorias del Ejército, con parada militar y chicha en cacho para las autoridades. Ese mismo día 19, en 1891, el Presidente José Manuel Balmaceda, de 51 años, se suicida en la legación argentina, donde se había refugiado tras la derrota de sus partidarios en la guerra civil. No es una fecha para celebrar pero sí para recordar. 

El día 21, cuando empezaba la Primavera en 1976, agentes chilenos asesinan en pleno centro de Washington al ex canciller Orlando Letelier y su secretaria Ronnie Moffit. Diez días antes el régimen de Pinochet le había quitado a Letelier la nacionalidad chilena. 

Así llegamos al día 23 de nuestro calendario y guardamos silencio, porque, a menos de dos semanas del golpe militar, muere Pablo Neruda en 1973. Y ese mismo día 23, pero en el año 2011, se apaga la vida de quien fuera amigo y secretario privado del poeta, el escritor y periodista José Miguel Varas. 

El mes se cierra el 30 de septiembre de 1973, cuando una bomba estalla en Buenos Aires bajo el automóvil del ex comandante en jefe del Ejército, general Carlos Prats, que muere junto a su esposa Sofía Cuthbert. Una investigación de la justicia argentina determinará años después que el asesinato fue ordenado por la policía secreta de Pinochet. No es para celebrar, sino para recordar y tener presente.

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