¿Tiempo de sincerarse en Chile Vamos?

Kanko Salas

Ultimos publicados:

• Fracaso de Gobernabilidad y de un modelo injusto
• ¿Una Nueva Transición?
• La Herencia de Piñera ¿una nueva República para Chile?

Quizás sea urgente y necesario sincerarnos y asumir que se está acunando una ultraderecha en el bloque oficialista que pone en peligro el proyecto democrático de Chile Vamos, la coherencia del actual gobierno y la posibilidad de proyectarnos por más de 4 años. 

Más de alguien, en su legítimo derecho y arguyendo respeto a la diversidad y pluralismo, podría preguntarse por qué la ultraderecha pondría en peligro el proyecto de Chile Vamos, por lo que vale la pena detenernos en qué significa el proyecto que encabeza el Presidente Piñera y los partidos que lo respaldan.  

Chile Vamos, ante todo, es un bloque político de centro y centro derecha, cuya propuesta de gobernabilidad del país es impulsar una nueva transición democrática, está vez al desarrollo integral, tras el perfeccionamiento de nuestra democracia, la defensa y promoción de los derechos humanos, la libertad personal y el respeto a la diversidad, construyendo paz social y estabilidad política, en la implementación de acuerdos que nos permitan salir adelante como país.  

A todas luces chocan contra este proyecto de Chile Vamos los idearios ultraderechista que se han ido expresando en diferentes actores, con vítores románticos y populistas de pinochetismo e intentos por justificar y legitimar los crímenes de la dictadura militar. 

Quizás, y ojalá así no sea, el ultraderechismo penetre fuertemente al interior del bloque y absorban a esa centro derecha democrática, moderada y sensata que se ha ido legitimando poco a poco en un largo tiempo, pero, si llegara a pasar, debemos tener plena claridad de que Chile Vamos propiamente tal sucumbió y sólo fue una ilusión en la política nacional, volviéndose la derecha a atrapar en tener que hacerse cargo  de las monstruosidades que la historia la acusa, porque el afán romántico de anti-izquierdistas, declarante de flojos y criminales a todo lo que les parece contrario o diferente, comienza a ponerse de moda. 

¿Cómo, con esta amenaza latente, sobrevive un proyecto democrático como Chile Vamos? 

Tanto la experiencia reciente de la Transición a la Democracia liderada por la Concertación, como su decadencia, nos puede ayudar a encontrar las fórmulas para convertir esta amenaza latente del ultraderechismo en un conjunto de oportunidades para fortalecer el, hasta ahora, exitoso proyecto de Chile Vamos. 

A modo de referencia, la aparición de la ultraizquierda con vítores románticos cheguevaristas y revolucionarios, penetró el proyecto de la Concertación muy tempranamente, pero lograron mantenerse en el poder por 4 periodos, quedando el quinto absolutamente horquillado por el afán antidemocrático de la, en mala hora, retroexcavadora.

Allí, en el primer año del último gobierno de Bachelet, quedó de manifiesto la destrucción de un derrotero sensato que le dio suficiente estabilidad política y paz social al país.

Allí los demócratas de la centro izquierda sucumbieron a las tentaciones totalitaristas y demagógicas de la ultra izquierda. Allí la Nueva Mayoría determinó su auto destrucción. 

Estamos a un año de haber iniciado el gobierno de Chile Vamos y los ultraderechistas y populistas se expresan por doquier, mientras la centro derecha y  quienes somos de centro y valoramos el proyecto, no estamos tomando la debida conciencia del latente peligro.

Aisladamente uno que otro diputado advierte y manifiesta su molestia, un solo partido del bloque expresa su preocupación y algunos, más tibiamente, plantean tolerancia como si se tratara de un proceso normal.  

Sincerarse significa afirmar, por ejemplo, que quienes se identifican con la ultraderecha son minoría y, por lo tanto, a las mayorías nos toca defender el proyecto que le está dando estabilidad al país.

Se dice que sobre 20 diputados están migrando al ultraderechismo y no se considera que sobre los 2/3 de los parlamentarios del bloque respaldan plenamente y sin cuestionamientos de fondo nuestro gobierno y su proyección. 

Sí, es tiempo de sincerarnos, saber quién es quién; quiénes creemos en un proyecto que le da gobernabilidad a la Repúblicay quiénes se atrincheran románticamente pujando por un salvador de mano dura que se nos venga a imponer, a costa de perder nuestras libertades, pluralismo, diversidad y desarrollo.