Una nueva síntesis en clave comunitaria

Joaquín Orellana Calderón
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En momentos donde las juventudes políticas al interior de los partidos tradicionales entran en contradicción debido a la irrupción en la arena política de nuevos y jóvenes actores, la Juventud Demócrata Cristiana (JDC) ha demostrado agenda, visión y método. 

Luego de caminar por el desierto y no tener presencia en los medios ni tampoco en el territorio, durante el último año, la JDC ha logrado introducirse en el debate ciudadano, de forma activa y opinante. 

Ahora bien, esto no ha sido ni espontáneo, ni mucho menos azaroso. Implicó, primero, hacer un diagnóstico de los problemas y, segundo, diseñar una estrategia político-comunicacional. En este contexto, hace más de un año, el partido se encontraba en una crisis importante, misma que provocó el éxodo de reconocidas figuras. A simple vista, parecía que la DC se desmoronaba. 

En buena hora, los jóvenes DC comenzaron en 2018 a instalar el relato de “la última oportunidad” y hoy, la JDC tiene presencia territorial en todo el país, realiza encuentros semanales de formación secundaria y universitaria, seminarios internacionales de agenda múltiple, y trabajos voluntarios en todo Chile, desde Arica a Tierra del Fuego. 

En este escenario, llegó el momento de pensar fuera de la caja. Reconstruimos la casa y la marca entró en inercia. Nos enfrentamos a múltiples desafíos que requieren a una Juventud con presencia en el territorio, pero también profundizando ideas e instalando propuestas en la sociedad civil. 

Fenómenos como la emergencia del nacional-populismo, las no soluciones a la creciente crisis migratoria, el aumento de la desigualdad y la falta de conducción hacia un destino sostenible, tienen directa relación con el vacío provocado por la falta de iniciativa y propuesta por parte de partidos que requieren de renovación. 

Un vacío que permitió la introducción al sistema político de nuevas fuerzas y liderazgos con fuertes componentes demagógicos en su discurso. En esta línea, llegó la hora de ofrecer algo nuevo al país, una nueva síntesis, un relato programático que contemple acciones vinculadas a la sociedad civil en materias que requieren presencia activa. 

Hay temas sensibles que necesitan respuestas urgentes como… 

1. El desarrollo de territorios y ciudades más equitativas y justas en un contexto de mayor descentralización;

2. El cambio climático y cuidado del medio ambiente;

3. La equidad de género e inclusión de nuevas comunidades;

4. La salud mental y conciencia del buen vivir;

5. La educación sexual y prevención de enfermedades venéreas;

6. La modernización laboral e inserción al mundo del trabajo por parte de los jóvenes;

7. La reducción de brechas en materia de desigualdad de la mano de un nuevo modelo de desarrollo sostenible;

8. El mejoramiento de la democracia y la reinstalación del voto obligatorio. 

No podemos quedarnos inertes frente a esto. Los temas anunciados anteriormente tienen un impacto especial y configurarán el comportamiento de las nuevas generaciones.

La JDC tiene que asumir el desafío con una mirada innovadora, descentralizada, con perspectiva de género y, sobre todo, proponiendo a Chile un relato en clave comunitaria, donde la solidaridad sea el pilar fundamental.

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