Urgente ratificar tratado Chile-Perú por derechos humanos de inmigrantes

Un sentido de justicia muy profundo nos compele a adoptar todas las medidas para asumir los significativos procesos migratorios entre nuestro país y el Perú, con pleno respeto a la dignidad y derechos humanos de cada uno de los peruanos y chilenos que han debido desplazarse desde su patria de la infancia a un nuevo territorio físico y simbólico, a una patria que no es la propia pero que se constituye en el espacio temporal o permanente de desarrollo personal y familiar.

Son más de 130 mil peruanos los que residen en nuestro país.

En su gran mayoría mujeres (56,8), con desiguales niveles de formación formal, un 20% de mujeres profesionales y técnicos y 16% de hombres con este nivel educacional-, han venido a Chile buscando alternativas de trabajo y desarrollo personal.

Alrededor de un 72% de estos inmigrantes son jóvenes entre 21 a 35 años, iguales a tantos jóvenes chilenos que forman parte de la impresionante cifra de 860 mil compatriotas que viven fuera de Chile.

Los procesos migratorios han estado presentes y son parte de la historia de la humanidad.

Los seres humanos por muy diversas razones se han desplazado a otros territorios para buscar alimentos, mejores condiciones de vida y de trabajo.

Nuestro país no ha estado ajeno a estos procesos desde antes de existir como república y, por cierto, con posterioridad.

A mediados del siglo XIX promueve y recibe una importante inmigración desde Europa, a comienzos del siglo XX la que llega desde los países árabes, posteriormente la inmigración alemana, italiana y de otros países europeos para terminar el siglo XX con una fuerte llegada de inmigrantes provenientes de diversos países, en especial desde América Latina.

Pero también los chilenos han debido partir fuera de nuestras fronteras para buscar trabajo como ocurrió con miles de compatriotas que en el siglo XX emigraron a Argentina y otros tanto que producto del golpe militar y de las crisis económicas del 75 y 80 se fueron a muy diversos países del mundo.

Es tan fuerte este proceso de emigración que hoy casi un millón de chilenos viven fuera de nuestro país, de ellos un 56, 9% nacieron en Chile y los otros han nacido en otras latitudes.

Hoy sobre 10 mil compatriotas viven en el Perú, país que ocupa el tercer lugar de inversiones chilenas en el exterior por un monto superior a nueve mil 400 millones de dólares.

Como es evidente, esta realidad migratoria entre nuestro país y el Perú nos ofrece significativas oportunidades de intercambio y enriquecimiento cultural, además de los positivos efectos económicos.

Sin embargo, también nos exige a las sociedades y estados estar a la altura de los desafíos que implica recibir “al otro”, al peruano en Chile y al chileno en Perú, con dignidad y respeto a los derechos de cada persona, buscando contribuir para que la experiencia de migración sea lo más plena, integradora y respetuosa.

Es por ello que no bastan los acuerdos de integración económica, como lo es el Acuerdo de Libre Comercio con Perú firmado el año 2006 y vigente desde el 2009.

Es indispensable avanzar en la aprobación de normas que asuman esta realidad migratoria y busquen garantizar los derechos humanos de quienes deben o deciden emigrar.

El año 2010 se firmó el Tratado sobre traslado de personas condenadas entre la República de Chile y la República del Perú. Suscrito en Lima, el 25 de noviembre de 2010, este Tratado espera la ratificación del parlamento peruano y del Congreso Nacional de nuestro país.

Ratificar este Tratado es un imperativo ético y político para avanzar en el respeto a los derechos de los emigrantes chilenos y de los inmigrantes peruanos.

No se trata de hacer inocentes a personas culpables de la comisión de delitos.

Se trata de permitirles el ejercicio de un derecho elemental: estar cerca de sus familiares y la propia patria para enfrentar y cumplir con la justicia, para cumplir las condenas recibiendo la visita periódica de los padres, hermanos(as), cónyuge, hijos(as); y que la condena del inmigrante no tenga la pena adicional de la absoluta soledad y permanente impedimento de ver y hablar con la familia.

Desde el respeto y el afecto, comprometida profundamente con los destinos de nuestros pueblos, - en especial después de haber recibido el año 2009 la condecoración Orden El Sol del Perú en Grado de Comendador por haber cumplido con la noble tarea de devolver a la Biblioteca Nacional de Lima los libros y al Archivo General del Perú parte de los documentos arrebatados a su país en el contexto del conflicto bélico de fines del siglo XIX- , llamo al Parlamento de este hermano país a ratificar urgentemente el Tratado sobre traslado de personas condenadas entre la República de Chile y la República del Perú.

Y por cierto, espero que nuestro Senado de su pronta aprobación, al igual que lo ha hecho la Cámara de Diputados, al Proyecto enviado por el Presidente de la República para ratificar este instrumento internacional.

Nota :La condecoración de la Orden “El sol del Perú” fue instituida por el General don José de San Martín, para reconocer los servicios a favor de la independencia y actualmente se otorga para premiar los servicios extraordinarios prestados al Perú.

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