Voto obligatorio: se abre el debate

Hoy vivimos una paradoja debido a que dejamos de ir a votar. El hecho es que los electores que tienen derecho a votar son más, pero lo que ejercen ese derecho son menos.

A propósito de esto, en la Sala del Senado iniciamos la discusión sobre el proyecto de ley que busca instaurar el voto obligatorio en las elecciones populares. Una reforma constitucional originada en dos mociones, y que mantiene la inscripción automática, pero contempla la voluntariedad del sufragio para los chilenos en el extranjero y en caso de elecciones primarias.

Hay aprensiones del Ejecutivo en torno a que "Chile estaría llegando a una situación única donde la inscripción en los registros electorales sería automática y la votación obligatoria". También vimos senadores que respaldan la restitución de la obligatoriedad del sufragio, sin sanciones como lo establece este proyecto, y hay quienes son partidarios del voto obligatorio, con sanciones e inscripción voluntaria.

Personalmente creo que debe haber inscripción automática, con la posibilidad de que, si un ciudadano libremente no quiere participar de este derecho, exista la posibilidad de desincribirse. Lo planteamos en varias ocasiones cuando este tema ha sido discutido, y propongo sea una posibilidad en el texto.

En ese sentido aspiro a que la discusión esta vez sea sopesada con las consecuencias de la decisión. Lejos de la coyuntura política del momento, donde algunos ven en la reposición del voto obligatorio la panacea para aumentar la participación ciudadana en elecciones. O bien, como pasó años atrás, cuando el candidato que no pasó a segunda vuelta exigió para entregar su apoyo, sacar adelante la voluntariedad del voto, una de sus promesas de campaña. En aquella oportunidad tomamos esta decisión que hoy buscamos revertir.

Sin duda este es un tema muy importante para el funcionamiento de nuestra democracia y hacer eficaz el principio básico de la participación ciudadana. Pero el sistema electoral es un instrumento que ayuda a mejorar un sistema político y nuestra democracia, no un fin en sí mismo, ahí estamos equivocados, porque el sistema electoral no es el tema de fondo, sino cómo tomamos conciencia de que los ciudadanos debemos participar más en las decisiones y hacernos cargo de elegir a quien realmente nos represente.

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